MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que la paz colme los corazones de los que buscan vivir en el Amor de Cristo y que encuentran en el sacrificio y en la soledad el puente para realizar una oferta mayor de la propia vida al Universo, y que así reparan el Corazón herido y ultrajado de Dios.

Las almas consagradas son un tesoro para el Padre Celestial, un tesoro que Él carga con Amor, que contempla en los momentos en que el mundo hiere Su Sagrado Corazón por la indiferencia y el desamor.

Mucho más allá de ser imperfectas, las almas consagradas reparan con su esfuerzo el Corazón del Padre; y es en ese esfuerzo, hijos, que se oculta un profundo amor que día a día despunta en el corazón humano.

Les digo esto para que aprendan a contemplar, como Dios, el valor de sus vidas; para que comprendan la esencia de esa vida y sepan que no se trata de perfección, sino de transparencia; no se trata de amar perfectamente, sino de intentarlo constantemente; no se trata de soportar todo con paciencia perfecta, sino de intentar vivir cada prueba con sabiduría y entrega, hasta aun cuando les falta amor y paciencia.

Que el sentido de sus vidas no se pierda, que el motivo por el que consagraron sus vidas siempre esté vivo, como una base que los sustenta a pesar de la condición humana. Sepan, todos los días, que son tesoros en las Manos del Padre Celestial; son como una planta delicada y preciosa que Él cultiva con Amor, riega con delicadeza y contempla siempre para encontrar alegría.

Y eso es así, hijos, porque el Creador ve lo que son en esencia y en verdad, ve sus intenciones más sinceras, ve lo que se guarda en lo oculto de su silencioso y solitario corazón, y que muchas veces ni ustedes mismos saben expresar.

Cuando sientan que la vida está perdiendo su sentido y su valor, recuerden lo que son para Dios, recuerden cuán amados son y recuerden siempre que en sus vidas Dios encuentra aliento. Aunque sus vidas sean imperfectas y sean una verdadera batalla silenciosa con la condición humana, aun así, hijos, algo mayor se gesta a través de sus vidas, y en eso deben fijar sus ojos.

Muchas veces, una semilla no sabe que se convertirá en un árbol frondoso y que  amparará a otros con su sombra; mas Aquel que la cultiva con Amor, que la riega y la cuida en su fragilidad, sí sabe la grandeza que se oculta en la pequeñez de Su semilla.

Por eso, caminen y solo confíen; sientan no solo los Ojos del Padre sobre ustedes, sino también la emanación profunda de Su Amor y, en confianza, vean cómo Su milagro se realiza paso a paso, lentamente, en el transcurso de sus vidas, en este mundo y más allá de él.

Por eso, persistan.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Al mismo tiempo que el caos se expande en el mundo, la Luz también se expande en el interior de las almas. Todo estará permitido en los tiempos finales para que los seres vivan su definición interior.

Así como muchas almas se lanzan a sí mismas en los abismos por sus elecciones y acciones de cada día; así también, hijos, aquellos que eleven sus manos en un pedido sincero de auxilio recibirán la oportunidad de alcanzar la redención.

La Luz se expandirá en el interior de los seres con la misma intensidad con la que el caos se expande en el mundo. Todo encontrará su equilibrio, y dentro de aquellos, que oran y despiertan la fe en su interior, habitará la respuesta para cada momento de confusión y oscuridad que vivirán sobre la Tierra.

En estos tiempos, las almas que están buscando la Luz llegarán al encuentro con Cristo, porque saben que se aproxima su última oportunidad. Por eso, no teman ni creen expectativas, sino solo oren para que el discernimiento y la sabiduría los hagan percibir cuando están delante de un corazón sincero que busca la redención y la oportunidad de ver la Luz.

A todos les será dada esa oportunidad, porque el tiempo de la Misericordia aún está vigente en el mundo. A aquellos que claman, las puertas les serán abiertas para que conozcan la Gracia de la redención, mientras están a tiempo.

Por eso, las almas se aproximan. Por eso, las situaciones más complejas llegan en este tiempo, porque todos sienten en su interior el Llamado de la última oportunidad, y aquellos que están atentos caminan en su dirección para pasar de la oscuridad a la Luz.

Los Sacramentos serán la llave de la redención de los seres, como también la oración constante y el corazón sincero en busca de redención. La humildad dictará el grado de Gracia que las consciencias podrán recibir y la fe dictará la amplitud de la acción de la Gracia en los corazones.

Por eso, oren y no se cansen de orar.

Dejen que la Luz de Cristo impregne su interior, para que sean Sus espejos en el mundo. Ya es tiempo y hora de reflejar al Señor, para que no importe la oscuridad de estos tiempos. Allí donde haya un discípulo de Cristo, habrá Luz    

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo   

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ha llegado el tiempo, hijos, de que la vida espiritual madure en sus corazones para que puedan dar testimonio de la paz a un mundo que sufre por el dolor; que puedan dar testimonio de superación a un mundo que no aprendió a amar el sacrificio, sino que se entrega cada día más a la falsa ley del menor esfuerzo.

Ha llegado la hora de repensar sus pasos todos los días, para que ya no estén circundando los mismos defectos y miserias, sino que suelten lo que les impide vivir una transformación más amplia.

Ha llegado la hora de servir; de colocar la consciencia en la necesidad que surge cada día, no para aumentar la tensión y estar al límite del cansancio y de la fatiga, sino para que aprendan a vivir haciendo todo por amor y no por obligación; que aprendan a reverenciar el don de la vida a cada instante de ella, para que no haya arrepentimientos en sus corazones y que, sí, aprovechen con plenitud cada instante en el que el amor puede encontrar espacio en sus corazones.

Ha llegado el tiempo de mirar al prójimo con ojos de compasión y no de superioridad; de reverenciar la vida de los demás, sabiendo que Dios se oculta en su interior.

Ha llegado el momento de no solo recitar las teorías espirituales, sino de ser espirituales, de manifestar el espíritu que habita silencioso en el interior de cada ser, desde el principio.

Y, ¿cómo hacer esto?

Comiencen, hijos, por ser agradecidos; por meditar todos los días sobre dónde están, quiénes son y qué vinieron a hacer en este mundo. No dejen que la inconsciencia los abrace, sino abracen ustedes mismos el despertar que debe acontecer diariamente.

Los estímulos del mundo llevan a las consciencias al adormecimiento constante, a estar cada día más distraídas y con su potencial creador adormecido. Por eso, el despertar espiritual debe acontecer todos los días.

Que siempre haya un espacio en sus vidas para detenerse y agradecer, para tomar consciencia de la Presencia Divina y preguntarse internamente cuál es la Voluntad de Dios para sus vidas. No permitan que el tiempo del mundo pase sin que sus consciencias profundicen en la entrega, en el servicio, en el despertar del amor, en la consagración de la vida.

Hablo de tornar sagradas sus acciones, pensamientos y sentimientos. Y eso no significa ser perfectos, sino solo conscientes de lo que son y de lo que le expresan al mundo.

Hoy, las almas están silenciadas y sepultadas en el interior de muchos seres que desconocen la verdad sobre sí mismos, y que viven y se expresan sin jamás percibir las consecuencias de sus acciones.

Por eso, los llamo a despertar todos los días, a agradecer todos los días, a consagrarse todos los días, a servir todos los días, a meditar en el Propósito Divino todos los días, a percibir que la vida es sagrada y en todo lo que sucede en ella habita una oportunidad de transformación, de cura, de redención y de misericordia.

Les digo esto, en un día como hoy, en el que los llamé a la consagración como Comunidad-Luz, para que comprendan que la consagración no es una ceremonia, sino un estado de consciencia.

La consagración es más que un momento de renovación de votos, de estar por un instante en la paz de la presencia de la Jerarquía.

La consagración, hijos, es un compromiso de ser nuevos todos los días, de ser capaces de comenzar de cero y de vivir siempre en la aspiración de tornar sagrada la existencia y de darle espacio al Creador para que se exprese a través de ustedes.

Que la consagración no sea para ustedes un instante, sino una aspiración constante, una experiencia constante. Para eso, Yo los llamo hoy.

Con estas Palabras los bendigo, los consagro, los renuevo y dejo sobre cada uno de ustedes la Gracia de recomenzar, de curar, de reflexionar y de espejar la Vida Sagrada.

Tengan Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE IRMÃ LUCÍA DE JESÚS

Encuentren la paz en la gracia de una oración sincera, en la que sus corazones son capaces de salir de sí mismos, por un instante, para encontrar el sentido de la propia vida en el rescate de las almas que más lo necesitan.

Encuentren la paz en la gracia de la unidad, en la posibilidad de tener hermanos en el camino evolutivo que, a pesar de sus imperfecciones, están intentando día a día ser mejores discípulos y servidores de Cristo, compañeros de Su Sagrado Corazón.

Encuentren la paz, hijos, en la posibilidad de mirar a su alrededor y ser agradecidos, pues la gratitud coloca al corazón y a la consciencia por encima de las dimensiones del caos y de los conflictos, y les permite ver el Propósito de la existencia oculto en el interior de los seres, en su capacidad de amar y de servir.

Encuentren la paz en la posibilidad que Dios les concede de siempre comenzar de cero otra vez, de encontrar el punto que dejaron atrás para que retomen el compromiso con Él, todos los días.

Encuentren la paz aún en tiempos de caos; porque, si son capaces de sentir paz en sus corazones, estarán generando paz para el mundo y para los corazones que sufren.

Vivir un atributo divino, hijos, es la mejor forma de irradiar este atributo al mundo. Ser lo que esperan que la humanidad alcance algún día es la mejor forma de servir a este Propósito, a este Proyecto pensado y amado por Dios. Dentro de ustedes se encuentran las llaves y, a través de ustedes, este Proyecto se realiza.

Por eso, cuando les pedí que se consagren como Hijos y Amigos de San José, les pedí también que le demuestren al mundo su consagración a través de las acciones de la vida, para que penetren en este misterio y descubran que la consciencia humana es una sola y que, dentro de cada uno, se encuentra la llave para la consagración de todos.

Muchas veces, ya les dije esto, y hoy les vuelvo a decir que sean aquello que esperan del prójimo y del mundo. Sean el ser humano pensado por Dios, para que así, un día, puedan ver a este ser humano manifestándose en todas las criaturas.

Tienen Mi bendición para esto. 

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando la vida aparentemente llega a su fin, sepan, hijos, que no es el fin, sino el comienzo de una nueva y misteriosa etapa, una nueva escuela, en donde viven la síntesis de su experiencia en la Tierra, asimilando lo aprendido, transmutando lo que ya no les corresponde, encaminando los registros de sus experiencias hacia la Fuente que corresponda, encaminando cada cuerpo según su destino, para preparar entonces algo nuevo.

La vida no llega a su fin. La vida en la Tierra es un don precioso, un tesoro del Corazón de Dios, que Él cuida con predilección porque es un Proyecto que guarda en sí la esencia de todo lo que fue creado y cuya plenitud transformará toda la Creación Divina.

Pero el hecho de que la vida material concluya un ciclo solo indica que la consciencia necesita aprender de otras formas, que su experiencia ha generado los méritos y los frutos que debía y que por las leyes de la materia y del espíritu le fue concedida vivir.

Después de la vida material, continúan pasos profundos, síntesis internas, momentos de reflexión y de comprensión, momentos de mirar la vida con los Ojos de Dios y, finalmente, ser capaz de ver lo que antes no era posible. Y así como un adulto es capaz de comprender lo que es incomprensible para un niño, así el alma que sale de su cuerpo es capaz de ver la vida como realmente es.

Y aquellos que caminaron por un sendero sagrado, vivirán aún muchos arrepentimientos, pero estos darán lugar a la luz de la consciencia, que se abrirá para seguir caminando con los códigos de amor recibidos en el planeta.

Para las almas que caminaron en la oscuridad, ver la verdad es su mayor e insondable sufrimiento. Incalculable es el arrepentimiento del alma que percibe que desperdició su encarnación por ignorancia, por indiferencia, por las ilusiones; y por esas almas deben orar mucho.

Les digo esto, primero, para que comprendan que la vida no solo no termina en este mundo, sino que su continuación es consecuencia de todo lo que viven en la Tierra. Y, segundo, para que reverencien el momento de los que pasan por esta etapa entre la vida material y la vida espiritual, para que acompañen con el corazón el paso de las almas entre las dimensiones y no teman, sino que construyan puentes de amor con la oración sincera.

El sufrimiento vivido en el mundo dará lugar al despertar profundo de los seres y los grados de amor podrán ser expandidos y multiplicados en ese momento cuando, a la luz de la verdad, el alma pueda comprender la Voluntad Divina.

Que sus corazones, tanto ante la vida como ante la muerte, siempre caminen en dirección a Dios. Allí estarán seguros y verán Su Propósito cumpliéndose y revelándose en su mundo interior.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Coloquen en el Corazón de Dios todas sus aspiraciones y proyectos, todos sus anhelos y deseos de manifestación, todas sus tareas y responsabilidades; y sepan, hijos, que, antes que todo esto, sus obras reflejan lo que ustedes son.

Antes de demostrarle al mundo sus obras y acciones, demuéstrenle al mundo la verdad de sus corazones, porque es el amor verdadero en el corazón de los discípulos de Cristo lo que manifiesta el rescate de las almas y el propósito de la consciencia humana. Es la transparencia, dentro y fuera de sus seres, lo que hará que las almas reconozcan la Presencia Divina en todo lo que hacen.

Y para que sus obras hablen de Dios y no de los hombres, precisan estar imbuidas de un propósito transparente de transmitirle Dios al mundo, y no las destrezas humanas.

Este es un tiempo de grandes competiciones, en el que las energías planetarias incitan a las consciencias a producir y a demostrar sus destrezas a todos a través de sus acciones. Pero cuando Cristo le habló a la humanidad de que "por sus frutos los reconocerán", hablaba de los frutos del espíritu y del corazón, de los frutos de la transformación de las almas, de los frutos de la capacidad de Sus discípulos de transformar la condición retrógrada de la humanidad a través del Amor Crístico e impregnar todo lo que hacen de ese Amor.

Por eso, los reconocerán: por el amor que emanan, por el Espíritu Santo presente en todo lo que manifiestan. Ahí está el secreto de la conversión y de la transformación de los seres.

Para atraer a las almas hacia Dios, no bastan solo acciones concretas, sino acciones impregnadas por el Espíritu. Es así, hijos, que verán llegar a las almas que están aguardando no solo el tiempo y la hora de despertar, sino también que sus corazones estén prontos para ser lo que Dios necesita de cada uno de ustedes, y que así ya no sean solo ovejas en el rebaño del Pastor, sino también sean Sus compañeros, los que aprendieron a ser pastores con Él, para llevar adelante Su Obra verdadera, que habla mucho más de lo que está adentro de ustedes que de lo que está afuera.

Entiendan con esto que no estoy desmereciendo el poder de las acciones; pero, en un tiempo en el que el mundo los llama solo hacia afuera y hacia lo que es superficial, Yo les advierto que no se olviden de mirar hacia su propio corazón; y sepan que las acciones vacías no construyen el Plan de Dios; pero que las acciones plenas del Espíritu Santo multiplican la acción del Creador en las almas.

Por eso, antes que nada, oren y den valor a la vida espiritual, den valor a la transformación de la consciencia, den valor al silencio, a la humildad, a los dones y virtudes del Espíritu más que a las destrezas de la mente, y así comprenderán lo que les digo.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,
 
San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Consagrarse a Mi Casto Corazón, hijos, es aspirar con el corazón a seguir los ejemplos que les dejé, no solo a lo largo de Mi vida sobre la Tierra, sino también después, cuando seguí el camino de servicio y de unión con Dios hasta retornar a Su Corazón.

Consagrarse a Mi Casto Corazón es darle la señal al universo y al Creador de todas las cosas de que, a pesar de las imperfecciones, limitaciones y resistencias, sus almas aspiran a ir más allá de todo eso y a encontrar el principio perfecto que se oculta en su interior.

Consagrarse a Mi Casto Corazón es ingresar a la escuela de la transformación de la condición humana de una forma consciente, atentos cada día a lo que ya no debe formar parte de sus vidas.

Consagrarse a Mi Casto Corazón es cansarse de lo que el mundo les ofrece, cansarse de vivir bajo las influencias de estos tiempos y de vivir lo mismo, vida tras vida: los mismos conflictos, encontrarse con las mismas barreras, caer en los mismos abismos, dejarse llevar por las mismas aguas.

Finalmente, cuando se cansen de todo eso, serán capaces de mirar al Cielo, como también al propio mundo interior, y percibir que existe una opción diferente, que existe una posibilidad de vivir de forma sagrada, de hablarle al mundo con el silencio de su boca y con el grito de sus acciones.

Existe una forma de transformar la condición humana de adentro hacia afuera, transformándose a sí mismos, sin señalar los errores de los demás.

Existe una posibilidad de ir más allá de lo que ya fueron hasta hoy como humanidad, y eso es lo que Yo vengo a mostrarles con la consagración a Mi Casto Corazón. Eso es lo que ustedes percibirán estudiando los Mensajes que les entregué. Eso es lo que descubrirán viviendo el servicio que les pedí. Eso es lo que vivirán plenamente cuando vean los milagros manifestados en sus familias por el poder de la oración y de la transformación de la vida.

Consagrarse a Mi Casto Corazón les mostrará que, a pesar del caos del mundo, del caos interno de los seres, del caos en la mente y en las emociones de los hombres y mujeres del mundo, aún habita en su interior un potencial de perfección, una esencia inmaculada y silenciosa que no se expresa, sino delante de los que la miran y le dicen: "Vive plenamente a través de mí, sé tú la expresión de mi ser".

Y es eso, hijos, lo que el Creador Me pide hoy que les enseñe: a mirar hacia adentro y encontrar la propia esencia; mirar a la vida y saber vivirla de una forma diferente.

En la escuela del fin de los tiempos, sabrán tornar el sufrimiento en sagrado; sabrán hacer del sacrificio una vida de plenitud y de servicio; sabrán hacer de lo que para algunos es humillarse la liberación de sus almas; porque no necesitarán ser lo que el mundo espera, sino lo que Dios esperó tanto tiempo para vivir dentro de ustedes, dentro de cada una de Sus Criaturas.

Por eso, hoy vengo a consagrar a las familias, porque son el arquetipo perfecto de la unidad y de la manifestación de la Voluntad de Dios, pero que se está perdiendo en el mundo. En las familias es donde se construye la consciencia humana; una familia plena de amor construye seres humanos que saben amar.

Por eso, les pido que siempre busquen en sus corazones la forma de encontrar y de comunicarse con Dios en el corazón de sus familias.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

 

Al final del Mensaje, San José realizó la consagración de algunas familias como Hijos y Amigos de San José y transmitió las siguientes Palabras:


A Mi Corazón le alegra recibirlos en Mi altar.

Me alegra la simplicidad de los niños, la pureza de su presencia.

Y por el don que Dios Me concedió de dar la vida a Su Hijo, de construir esa vida a través de la Sagrada Familia, de traer a la Tierra principios sagrados; por esta Gracia, hijos, Yo los bendigo y los consagro como Hijos y Amigos de San José, como compañeros de Mi Casto Corazón, los que darán a conocer al mundo cansado un arquetipo de vida diferente; los que se esforzarán todos los días, con paciencia, con humildad, para vivir lo que el mundo no ofrece, para ir contra las tendencias de estos tiempos y, en un tiempo de caos, manifestar la paz, el respeto, el servicio, el amor y la comprensión.

Yo los bendigo y les agradezco por estar hoy aquí.

Que sus vidas le den al mundo el ejemplo de una humanidad diferente. Tienen Mi bendición para esto.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LAS TIERRAS DE LA UNIDAD, SÃO BENTO ABADE, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En este día, vengo en compañía de San Francisco de Asís y de San Martín de Porres a traerles a las almas el fiel ejemplo de la ascensión y de la transformación de la consciencia; para que, a través de estos dos ejemplos de seres que vivieron en plenitud el Amor Crístico, las almas comprendan que el amor solo se plenifica cuando abarca en sí a todos los Reinos de la Naturaleza.

En San Francisco y en San Martín de Porres encontrarán el ejemplo vivo de la ascensión de la consciencia y de la unión con Dios.

Y, ante estos compañeros y siervos del Altísimo, vengo a instituir la consagración a San José de todas las almas que aspiran a vivir la transformación de la condición humana a través de la humildad, de la caridad, de la unidad con las familias, de la compasión con los más pobres y del servicio abnegado a los Reinos de la Naturaleza.

Los Hijos y Amigos de San José llevarán adelante su consagración mediante una preparación consciente a través del estudio de los Mensajes que Yo les entregué, de la oración consciente por los más olvidados, de la oración con y por las familias del mundo, del servicio humanitario y del servicio abnegado a los Reinos de la Naturaleza.

Estos serán los pilares de los Hijos y Amigos de San José, que llevarán como símbolo de su consagración solo la Medalla que les entregué, y a través de las acciones de la vida le demostrarán al mundo que son hijos y amigos de Mi Casto Corazón.

Y la primera acción que vengo a entregarles es "Con San José, por Amor a los Reinos", para los que se dedicarán en su consagración al servicio de los Reinos de la Naturaleza. En esta acción, deberán llevar una camiseta y un delantal, para que el servicio que realicen sea identificado y lo den a conocer al mundo a través del programa "Por Amor a los Reinos".

Los Hijos y Amigos de San José deberán celebrar, en el último sábado de cada mes, el Día del Servicio Abnegado al Reino Animal, con acciones de servicio en lugares consagrados a los Reinos de la Naturaleza, como las Tierras de la Unidad, donde la unidad con la vida transmuta y libera el sufrimiento del mundo; el Parque San Francisco de Asís, donde el servicio a los canes transmuta y libera la indiferencia humana; y  el Sitio de la Estrella, donde la luz que se enciende en las almas libera la oscuridad de los que están en lo oscuro.

Estos son lugares en donde Mi Corazón habita de forma especial, pero quiero decirles que el Día del Servicio Abnegado al Reino Animal puede se realizado por los Hijos y Amigos de San José dondequiera que estén; y así, poco a poco, despertarán el Amor Crístico en sus seres y, a través de ustedes, en toda la consciencia humana.

Les pido, con la humildad de Mi Corazón, que sean guardianes del servicio a los Reinos de la Naturaleza; porque, mientras la humanidad no aprenda a servir y a amar a los Reinos, este mundo no alcanzará la paz y el proyecto humano no se manifestará plenamente.

La consagración de los Hijos y Amigos de San José tendrá lugar el próximo 19 de junio y en los días que vendrán, cuando sus almas se preparen en oración para transformar sus vidas y que, por medio de la consagración y la bendición sacerdotal que Yo instituiré a través de Mis hijos sacerdotes, ustedes puedan dar testimonio de la transformación de la condición humana y del despertar del potencial oculto de las almas cuando simplemente se dispongan a amar y a servir.

Les dejo Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDA EN LA CASA LUZ DA COLINA, CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando las almas se reúnen en oración, con la esperanza de volver a encontrar a Dios, y en Él las respuestas a sus cuestionamientos más profundos, entonces, hijos, Dios se manifiesta entre ellos. A través del aire silencioso, del Soplo de Su Santo Espíritu, toca los corazones y los libera de sus pecados más arraigados, de sus errores más antiguos.

Hoy, estoy aquí, respondiendo a una Voluntad Mayor, para recoger en Mi Corazón la oferta de las almas servidoras.

Estoy aquí para recibir los frutos de las vidas de entrega de aquellos que en toda su existencia aspiraron a servir al Plan de Dios y a su Voluntad Superior; y que hoy, aún con sus limitaciones, siguen viviendo esa entrega y la vivirán hasta su último suspiro.

El planeta aún vive en la ley de la dualidad, así como este universo. Y esta ley requiere equilibrio para que las almas sigan teniendo la oportunidad de evolucionar.

Por eso, hijos, el servicio, el sacrificio, la donación de sí y hasta aun el sufrimiento cuando es vivido con consciencia, también son instrumentos que equilibran las Leyes, que colocan en la balanza de las Leyes Divinas los méritos para transformar la indiferencia, la ignorancia, la falta de amor y el egoísmo, que son grandes males que apartan a la humanidad del Corazón de Dios.

Les digo esto para que comprendan que la vida siempre tendrá su valor. Sus ofertas siempre tendrán un valor incalculable ante Dios y aun postrados en una cama o con diferentes limitaciones físicas, internas y espirituales, siempre y cuando hagan de sus vidas una oferta a Dios, ellas siempre serán para el Padre motivo de esperanza, de equilibrio; ellas siempre generarán méritos para el rescate de almas, aunque nadie los vea y su entrega sea profundamente silenciosa.

Por eso, estoy aquí, para que ustedes recuerden que la vida jamás pierde su valor. Ella es sagrada hasta su último suspiro y seguirá siendo aún más sagrada cuando conozcan los universos que existen más allá de la dimensión material.

Hoy, Yo vengo a agradecer la oferta silenciosa de las almas servidoras, de los que dedican y dedicarán siempre sus vidas a Dios y al prójimo; porque, a través de sus almas, el Padre encuentra la oportunidad de seguir renovando Su Amor y Su Creación.

Reciban Mi bendición y Mi paz.

Reciban la gratitud que emana de Mi Casto Corazón y que los toca para que reencuentren el Propósito de vivir y servir silenciosamente.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¿Por qué y para qué consagrar la propia vida?

¿Qué significa para Dios que un alma consagre su vida y viva conforme a su consagración?

Un alma consagrada, hijos, es aquella que abandona el mundo en su corazón, no para ignorar la vida sobre la Tierra, sino para que la unión con Dios sea su prioridad; y, siendo así, un alma consagrada es aquella que se dispone a ser un instrumento del Creador y a llevar Su Presencia en sus acciones, palabras, sentimientos y pensamientos.

La consagración de un alma no acontece de forma inmediata cuando ella asume sus votos, sino de forma gradual cuando, día tras día, esa alma se confirma en el propósito de llevar a Dios consigo en todas las cosas de la vida.

Un alma consagrada es aquella que equilibra la indiferencia del mundo con la situación planetaria porque, en oración, esa alma es capaz de sentir cada espacio del planeta y todos los seres tienen importancia para ella, toda la vida encuentra espacio en su verbo orante.

Un alma consagrada es aquella que es consciente de que sus acciones transforman el planeta y de que su corazón transforma el corazón humano. Por eso, sirve incansablemente en el anonimato de su consagración. Ella no necesita estar en el mundo para servir al mundo, porque sabe de la amplitud de la vida espiritual y de sus misterios; y, así, sirve penetrando en esos misterios y develando en sí misma las profundidades de la vida interna.

Un alma consagrada es para Dios como el bálsamo en Sus heridas; es para Cristo como el aceite perfumado curador sobre Sus Llagas; es para María Santísima como las rosas que están en Sus Pies y tornan bella la existencia.

Un alma consagrada vive para equilibrar los desequilibrios de este mundo, para detener la Ira de Dios que tantas veces estuvo de forma inminente sobre la Tierra.

Un alma consagrada concede, con su vida, el equilibrio que la humanidad necesita para seguir recibiendo Misericordia, aunque solo merece la Justicia Divina.

Un alma consagrada le recuerda constantemente al Creador Su Propósito de Amor por la humanidad, para que no se pierda Su esperanza de ver ese Propósito manifestado.

Un alma consagrada no le teme al servicio, al sacrificio o a la entrega, porque esos fueron los pasos que Cristo dio en dirección a la renovación del Amor Divino y esos mismos pasos son a los que esa alma aspira constantemente. Ella anhela imitar a su Señor como un hijo que admira a su padre, como una esposa que acompaña a su esposo, como un amigo que está siempre al lado de su amigo, como un discípulo que se esfuerza por corresponder a su Maestro.

Así vive el alma que se consagra, en el desafío diario y constante de aprender a amar, de transformar en sí la condición humana y tornarse un instrumento en las Manos del Creador.

Ahora, les pregunto, hijos, ¿están consagrando sus vidas a Dios?

No desistan de sus caminos. No se dejen derribar por las dificultades; sino que en cada caída, con la cruz, encuentren en el Creador la fuerza y la valentía para renovar sus espíritus y seguir caminando.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Haz del silencio el instrumento para aliviar tu mente y tu corazón.

Haz del silencio el camino para que tu consciencia se retire de las tensiones del mundo y se sumerja en los misterios celestiales.

Haz del silencio la puerta al conocimiento superior, el vehículo que te mostrará cómo encontrar las respuestas que tanto buscas dentro de tu propio corazón.

Haz del silencio el vehículo de la paz en los tiempos de conflictos, en el que puedas observar los acontecimientos y comprender más ampliamente como cortar las raíces del mal y establecer el equilibrio.

Haz del silencio el camino para despertar la humildad en tu corazón; aprendiendo a escuchar, a observar y a reverenciar al prójimo y a la propia vida manifestada en todas las cosas.

En tiempos de tanto caos, hijo, en los que los ruidos del mundo confunden cada vez más a los corazones, busca en el silencio la forma de estar en equilibrio.

Permite que haya en tu vida, en cada uno de tus días, momentos de silencio en los que solo te concentres en lo que es verdadero y que habita en ti; en los que solo te dispongas a escuchar a Dios, aunque Dios también se silencie en tu interior.

Es de esa forma, aprendiendo a cultivar el silencio, que encontrarás las respuestas que tanto necesitas, que descubrirás la fuente de sabiduría en tu universo interior, que estarás unido a Dios y pronto para escuchar lo que Su Santo Espíritu dicta en tu corazón.

El silencio es la gran llave que el Creador le concede a la humanidad para que aprenda a encontrar la paz.

Es en el silencio que percibirás la unión de los tiempos y la llegada de la vida universal y sus realidades a la Tierra.

Es en el silencio que aprenderás a vigilar y a percibir lo que esta fuera de la Ley, en ti y a tu alrededor.

Es en el silencio que podrás reconocer los cambios de los ciclos.

Es en el silencio que sentirás el descenso de los Rayos Inmateriales

Es en el silencio que estarás más allá de los estímulos del mundo y los transmutarás constantemente para que no te retiren de tu camino.

Es en el silencio que aprenderás el sentido de la entrega.

Es en el silencio que sabrás lo que te falta para superar el Amor de Dios en tu corazón.

Entonces, silénciate y descubre los misterios simples y profundos de la acción de silenciarte.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla, hijo, en tu corazón, tu mundo interior.  Observa, en silencio, lo que pasa por tu corazón, por tu mente, por tu universo subconsciente.

Deja que el silencio limpie lentamente lo que habita oculto dentro de ti y percibe, así, cómo está la condición humana, no solo en tu ser, sino también en todos los seres.

Contempla a la humanidad, de adentro hacia afuera, no juzgando lo que tus ojos pueden ver, sino observando lo que tu mundo interior puede revelar a partir de la unidad que existe entre tu consciencia y todas las consciencias del mundo.

Observa como el enemigo trabaja hoy, estimulando silenciosamente el mundo subconsciente de los seres, dándoles ideas, sentimientos, emociones, pensamientos que no les pertenecen.

Hoy, muchos seres viven observando la vida de otros, sintiendo sus aparentes sentimientos, pensando sus aparentes pensamientos, viviendo imaginariamente la vida de otras personas, mientras sus almas van siendo sepultadas y silenciadas lentamente en el calabozo de los abismos internos.

El grito de las almas se refleja en los seres como enfermedades de los tiempos actuales: pánico, miedo, depresión, falta de propósito en la vida, suicidio, inmadurez, deconstrucción mental y emocional.

El grito de las almas se refleja en los seres humanos perdidos, buscando referencia en los pensamientos y sentimientos de otras personas, buscando libertad en la máxima expresión de las nuevas y viejas energías capitales; pero, al final de todo, en lo profundo de los seres, hijo, las almas aún gritan, aún lloran y aún claman por volver a ver la Luz.

La semejanza con Dios no es algo que puede ser sepultado en los seres humanos, ni aun por los mayores estímulos involutivos del mundo. Por eso, en lo profundo de una humanidad superficial, grita un alma en busca de la verdad para la que fue creada.

Por detrás de seres humanos inmaduros emocional y mentalmente, infantiles, grita un alma antigua que busca su Propósito y que no puede permanecer sepultada por los estímulos del enemigo, cuando más necesita expresarse en el momento de la transición de los tiempos.

Hijo, los santos de otrora hicieron de las enfermedades groseras de su época los instrumentos de su santidad, porque convirtieron sus debilidades en una cruz santa, a través de la actitud con la que experimentaron lo que para otros era simplemente mala suerte, sufrimiento o una situación desagradable.

Los santos de hoy deben ir más profundo que los sentidos del cuerpo, deben ir más allá de las apariencias superficiales, porque el instrumento de su santidad está ahora más allá de la mente, en los mundos subconscientes. Es allí en donde deben aprender a estar para encontrar los pensamientos que no son suyos, los sentimientos que no son suyos, para arrancar las raíces de los estímulos mundanos y las cadenas que les impiden liberar sus almas para que expresen lo que vinieron a expresar en este mundo: la semejanza con Dios.

La gran enfermedad de este tiempo no está en el cuerpo, sino en la mente y en su profundo misterio subconsciente. Es allí adonde tu silencio debe llegar para comprender lo que no viene de ti ni de Dios, sino del enemigo que busca confundir a los seres y hoy lo hace de adentro hacia afuera.

Por eso, hijo, también de adentro hacia afuera, obsérvate y observa la condición humana. No permanezcas en lo que es aparente y superficial, sino ve más allá y traba tu batalla en el silencio, en la oración y en la posibilidad de sumergirte en tu mundo interior y saber la verdad sobre ti mismo, conocer y vivir lo que es ser un ser humano.       

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Desde el momento en el que el Creador emanó la expresión de Su Hijo Primogénito en las dimensiones materiales, la Misericordia comenzó a existir en la Creación. El Amor de Dios, que se superó a Sí mismo a través de Cristo, les abrió una nueva oportunidad a las almas y le concedió a toda la vida la Gracia de la Misericordia.

Cuando Cristo fue alzado en la Cruz y Su Costado fue traspasado, perforando también Su Sagrado Corazón; en ese momento, hijos, la Sangre y el Agua de Cristo brotaron dentro de todo el género humano y la Divina Misericordia no fue solamente vertida del Corazón de Jesús en el suelo de la Tierra, sino que también brotó como potencial de redención en la esencia de todos los seres.

Con esto, les digo que la Misericordia habita en la esencia de todas las criaturas de la Tierra, de todos los seres que, siendo creados a imagen y semejanza de Dios, viven con Él la renovación de Su Gracia, a través de la Divina Misericordia.

La Misericordia habita en las criaturas como un potencial de santidad y plenitud espiritual; y su manifestación puede tener más poder que las fuerzas del mundo, las nuevas y las viejas energías capitales, siempre y cuando perciban que ese potencial habita en ustedes y permitan que él crezca.

Para permitir que la Misericordia se expanda en sus seres, sean misericordiosos y compasivos; mediten sobre los Pasos de Cristo, en Su Pasión y en Su expresión de Amor; mediten sobre la Presencia del Creador en su interior, a través de la esencia que Él les concedió.

Cuiden la vida divina que habita en ustedes, como quien cuida una preciosa planta que debe ser regada, debe recibir luz y atención, cuidado y amor, para crecer así saludable.

Así, hijos, deben cuidar el potencial de la Divina Misericordia dentro de ustedes, este que les abre las puertas a la santidad, que no es nada más que permitir que la expresión de Dios, dentro de ustedes, crezca y se realice en sus vidas.

El servicio, la caridad, el respeto, la reverencia, la transparencia, la oración, la entrega son todas formas de alimentar el potencial divino que habita en ustedes.

Contemplar a Cristo y aspirar a imitar Su ejemplo mantendrá a sus almas siempre dispuestas a seguir adelante y a superar los desafíos de estos tiempos, siendo expresiones de la Misericordia de Cristo.

Entonces, permitan que Mis Palabras sean una realidad en sus vidas y den testimonio del poder de la Divina Misericordia.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ora, hijo, por las almas que se pierden en este mundo, por las que buscan un sentido para la propia vida y, aunque estén colmadas por lo que el mundo les ofrece, no encuentran una razón verdadera para seguir viviendo.

Ora por los que están vacíos de Dios y distantes de sí mismos, por los que ni siquiera vislumbran la presencia de sus esencias y que silencian a sus almas con el constante ruido de los estímulos del mundo.

Ora por los que sufren y no encuentran el alivio de ese sufrimiento, por los que no conocen el camino dentro de sí mismos para atravesar las capas del caos y encontrar la paz en la Presencia del Creador.

Ora por los que se engañan a sí mismos, por los que creen que la felicidad está en las realizaciones que el mundo les da y que un día se encontrarán con el abismo que existe, aún silencioso, en el propio interior.

Ora por los que están en el desierto y no encuentran en sí la valentía para seguir adelante, por los que no perciben la Presencia silenciosa de Dios en su camino y, por eso, jamás se detienen, buscando entrar en diálogo con Él.

Ora, hijo, no solo por ti, por tus miserias y dificultades, por tus muros y resistencias, por tus proyectos y aspiraciones.

Ora por el planeta, ora por las almas que no conocen a Dios, ora por los jóvenes, por los adultos, por los ancianos, por los que llegan al mundo y están buscando la oportunidad de aprender sobre el amor.

Ora por la humanidad, por la esencia que habita en el corazón de todas las criaturas, sin excepción; ora para que esa luz se exprese, para que se expanda y habite en toda consciencia, abriendo camino para que el Espíritu de Dios limpie y transmute a los seres, transforme y restaure el Propósito Divino de sus vidas.

Si oras por la humanidad, también estará contemplado tu corazón, y estarán contemplados los Reinos de la Naturaleza y la esencia espiritual del planeta.

Si oras por la humanidad, para que su arquetipo divino se realice; también estará contemplada la Creación infinita de Dios, este universo que aguarda que un grado de amor desconocido se exprese para que la evolución se transforme y la vida encuentre su camino de ascensión.

Entonces, ora por el Propósito de Dios para todo y para cualquier ser de este mundo, por aquellos que conoces y por los que desconoces. No pienses en los méritos de tus oraciones, solo entrégale cada vida al Creador y pídele, de corazón, que su esencia divina, esta parte del Corazón de Dios que habita en los seres, crezca, se expanda y se exprese en todas Sus Criaturas.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¿Cuántas y tan intensas veces, su Señor sintió la aflicción de Dios en Su Corazón mientras estuvo sobre la Tierra?

Muchas, hijos.

La Agonía de Jesús no comenzó en el Getsemaní, sino en el desierto; cuando Su Corazón comenzó a contemplar todo lo que debería padecer para rescatar, de los abismos del mundo, a muchas almas que allí padecían en la oscuridad, aunque estuvieran con vida.

La Agonía de Jesús comenzó en el desierto; cuando, por instantes, contemplaba lo que era vivir en el vacío de la condición humana, y ahí el Creador le dio a experimentar y a conocer el abandono que viviría en la Cruz cuando, por Sí mismo, con Su condición de hombre, debería amar hasta el extremo, en Su último suspiro.

La agonía de los corazones comienza en el desierto, porque en el vacío se sienten frágiles y susceptibles a su condición humana, sienten el peso del mundo y su falso poder. Pero este desierto, hijos, es solo el comienzo de algo mucho mayor.

El desierto es el vislumbre de la Cruz. En él la fragilidad humana se revela y muchas veces el temor de no ser capaces de superarla domina a los corazones de los hombres. Pero es también en el desierto donde se fortalecen y crecen verdaderamente en espíritu, para enfrentar pruebas mayores en el silencio del propio corazón.

Después del desierto, vendrá la oferta del ser, representada por la Eucaristía Espiritual, en la que cada ser tendrá la posibilidad de ofertarse a sí mismo, junto a Cristo, y en el servicio descubrir la esencia de la comunión con Dios y con Su Plan.

Entonces, vendrá el ciclo de las humillaciones, de la condenación, del abandono. Vendrá el ciclo de las flagelaciones y de las heridas, que serán internas. Vendrá el ciclo de la cruz. Vendrá el ciclo de la verdadera renovación del amor y, solo entonces, vendrá el Señor nuevamente al mundo.

Por todos esos ciclos espirituales tendrán que pasar, para renovar el Amor de Dios y manifestar Su Pensamiento Perfecto.

Por eso, al estar en el desierto, no teman, sino luchen. Luchen, con la oración y con el silencio. Luchen, con el servicio y con el amor. Luchen, con una unión cada vez más intensa con el Corazón del Padre, aunque no lo sientan, aunque Él se silencie y los deje con su condición humana en las más intensas pruebas.

En el Evangelio encontrarán muchas llaves para imitar el Corazón de Cristo. En la oración encontrarán muchas respuestas de su propio corazón porque, aunque Dios se silencie en el desierto, sus mundos internos también guardan llaves y respuestas que pueden ayudarlos en las pruebas.

Recuerden a sus ángeles de la guarda, a sus almas. Recuerden a la Madre Divina que Dios les entregó; porque, aunque todo se silencie y todo sea absoluto vacío, en su Madre Divina siempre encontrarán consuelo y paz, alivio y compasión.

En cada ciclo de estos tiempos finales, sepan vivir las señales. La transición de los tiempos no es nada más que la Pasión del planeta. Todo lo que un día el Señor pasó para renovar a la Creación, hoy, Sus compañeros son llamados a vivirlo. Para saber cómo hacerlo, lean en Su ejemplo y síganlo.  

Tienen Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que las Palabras e Impulsos de Dios pasen por ti y encuentren morada en tu corazón; encuentren en ti suelo fértil donde podrán crecer, florecer, expresar belleza y armonía, y darles frutos a las almas que tienen hambre y sed de Dios.

Que las Palabras de Dios pasen por ti y remuevan de tu interior las resistencias y los abismos oscuros, las indiferencias y los aspectos más acomodados de tu consciencia, aquellos que se sentaron en sus limitaciones y que de buen grado aceptan el punto en el que están para no hacer ningún esfuerzo en el camino de transformación.

Que las Palabras de Dios pasen por ti y no sean romantizadas, sino meditadas con la consciencia, con el corazón, con el espíritu. Reflexiona y ora sobre las Palabras que Dios te envía; pues el Verbo es vida, hijo, vida que proviene de los Principios Creadores de Dios, llamados Rayos Inmateriales.

El Verbo que proviene de Dios no tiene solo magnetismo y amor, sino también poder de transformación, poder de renovar y de recrear Su Creación. Por eso, Él envía Mensajeros al mundo; por eso, envía a Su Hijo para que les hable a los hombres, no las palabras de los hombres, sino las Palabras de Dios.

Por eso, no escuches las Palabras de Dios como si fueran de los hombres. El Creador utiliza vehículos para Su Mensaje, pero la esencia de Su Verbo proviene de la Fuente de Su Corazón y no del corazón humano.

Entonces, escucha nuevamente las Palabras de Dios. Medita, ora, reflexiona, vive, experimenta el poder de transformación de Su Verbo. Deja que Él llegue a la raíz de tu condición humana y que toda vibración de las Palabras Divinas encuentre espacio para hacer eco en tu corazón.

No pierdas ni un solo sonido. No pierdas ningún silencio. Vive, tanto la vibración de cada letra como la vibración de cada pausa. Vive la intención de cada concepto. Recibe el Rayo Divino de Aquel que crea con el Verbo y recrea por medio del diálogo vivo con Sus Criaturas, desde el principio de la existencia.  
    
Así es, hijo, cómo debes penetrar el misterio de la comunicación con Dios en estos tiempos, sin evaluar los conceptos con tu mente humana, sin analizar los canales que Él utiliza para medir la veracidad de las Palabras Divinas por los vehículos que Él convocó en el final de los tiempos. Pues los vehículos que Dios utiliza son imperfectos y su transformación es parte del milagro que, lenta y pacientemente, el Creador opera en la condición humana.

Por eso, vuelve a escuchar las Palabras Divinas, así como hoy te enseñé; y permite que los impulsos de esta Semana Santa, que fueron únicos para la humanidad y la Creación, nuevamente pasen por tu ser y esta vez permanezcan en ti, transformando y redimiendo cada espacio de lo que tú eres, conduciendo tu corazón a una unión más profunda con Dios.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo          

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras nuevos ciclos siguen abriéndose y tu Señor rememora Su Pasión para rescatar, una vez más, a las almas de los abismos más profundos; acompaña también, hijo, cada momento con la solemnidad del corazón, con el sacrificio de la vida, con una entrega de amor.

Rememora también los Pasos de Cristo con la Cruz, permitiendo que tu consciencia se adentre en misterios que antes no podías comprender.

Permite que tu ser conozca grados mayores de amor y de entrega, grados mayores de servicio y de unidad con Dios para que, así como Cristo en el Calvario, tu consciencia aprenda a estar más allá de los acontecimientos del mundo; y ante la ignorancia, el caos, la maldad, la humillación o la violencia, seas capaz de responder con un grado de amor que va más allá de todas esas cosas.

Reflexiona, entonces, sobre lo que te digo. Medita sobre el Amor profundo de Cristo por la vida y por la Presencia de Su Padre en todos los seres.

Coloca tus ojos dentro de los Ojos de Cristo, tu corazón dentro del Corazón de Cristo; y ora, contemplando Su experiencia en la Cruz, en la que el dolor, sí, existió y fue desgarrador, en la que el cansancio, sí, existió y fue agotador, en la que la humillación existió y fue como una lanza que cortaba lentamente Su Pecho, en la que el abandono existió y fue como el mayor de los sufrimientos.

Y, más allá de todo eso, mucho más allá, fueron el Amor y la Misericordia, la Compasión y el Perdón,  la comprensión de la fragilidad humana y el conocimiento de su grandeza. Todo eso fue vivido y experimentado por Cristo en cada paso con la Cruz.

Siente el Amor de Su Madre en el camino, la fortaleza que nacía en el Corazón del único Ser viviente capaz de comprender lo que Jesús experimentaba y que, aún hoy, hijos, es capaz de comprender con profundidad el corazón de cada criatura. Por eso, Ella aún acompaña cada paso de los Hijos de Dios, que son también Sus hijos.

En el Calvario de estos tiempos, profundiza en tu entrega y amor, y también en tu amor por María. Conoce más profundamente el silencio de la Madre de Dios que, en Su humildad, no busca más que sustentar el aprendizaje de Sus hijos, levantarlos en cada caída, renovarlos en cada prueba.

Que hoy, tu corazón se expanda con el Corazón de Cristo, para que este ciclo que se abre con la cruz del mundo te revele un paso más, un poco más del Amor de Dios.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Eleven sus ojos al Padre y, en un tiempo de caos, pero también de Misericordia, aprendan, hijos, donde deben estar sus corazones y sus consciencias.

Cuanto mayor es la agonía del mundo, más la humanidad se vuelve a lo que es aparente y superficial, al mundo de las compensaciones, creado para ser una realidad de ilusión, en el que la mente humana encuentra refugio y escapa de aquello que no se cree capaz de enfrentar.

Pero hoy, Dios viene a su encuentro, hijos, a decirle al mundo y a todas Sus Criaturas que la forma de lidiar con la transición de los tiempos no es sumergiéndose en un mundo paralelo de ilusiones, sino penetrando el universo oculto del propio interior.

La forma de lidiar con la transición de los tiempos no es refugiándose en lo que les es sensible y palpable, en lo que les trae placeres y recompensas, sino ingresando a donde los sentidos son trascendidos y las potencialidades espirituales despiertan.

Sin embargo, en este tiempo de batallas, la consciencia humana es bombardeada por estímulos e impulsos que les muestran un único camino: distraerse de la verdad para soportar el caos.

Respóndanme, entonces:

¿Encuentran paz en ese refugio?

¿Son capaces de liberar sus mentes de las tensiones y responsabilidades humanas o se están sumergiéndose en un pozo de angustias e incertezas, de donde ya no saben cómo salir?

La transición de los tiempos empuja a la consciencia humana hacia una definición, ya no es posible transitar por dos caminos. El Tiempo Real del universo no es solo un tiempo presente, un tiempo eterno; mas trae consigo rayos, leyes, vibraciones y realidades con las cuales la humanidad jamás tomó contacto en esta dimensión en donde la Tierra habita. Pero para saber lidiar con esa realidad, deben buscar dentro de ustedes el espacio interno que, sí, es conocedor de esas verdades.

En su universo interior habita el Tiempo Real. En su universo interior, las verdades se ocultan silenciosas; pero ya no deben ser calladas, ahora deben emerger y traer a los seres la comprensión de lo que pasarán a vivir como realidad en el mundo.

Es a través de sus esencias, hijos, de ese punto de unión y contacto con Dios, que sabrán lidiar con estos tiempos. Es solamente ahí donde encontrarán respuestas. Es solamente ahí donde encontrarán sabiduría para vivir lo que es desconocido para toda la vida, pero no para el Creador de todas las cosas, que está íntimamente unido a sus corazones a través de sus esencias.

Él es Quien les hablará, de Él provendrá cada respuesta. Él, a través de Sus Hijos, superará estos tiempos y abrirá una nueva escuela de amor para la Creación a través de esa experiencia.

Pero, para que esto acontezca, precisan permitir que Él se exprese, buscar la unión con Él, descubrirlo silencioso y presente en el centro de su universo interior.

No dejen que sus potencialidades sean sepultadas por los estímulos del mundo. Permítanse ser un núcleo de sabiduría ante la ignorancia humana, una luz en el cuarto oscuro de la Tierra, a través de la cual Dios puede indicarles el camino a los que se perdieron.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que comprendas los misterios celestiales y tu alma se incline más hacia lo que viene de Dios que hacia lo que viene del mundo.

Cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que al contemplar con tus ojos la grandeza del Señor en Su entrada a Jerusalén, no te fijes en la majestad de las alabanzas humanas, sino en la profundidad de la Presencia de Cristo.

Cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que cuando tus oídos escuchen el eco de la Voz del Señor en el Templo, tu corazón no se fije en la exaltación que esa Voz causa en los hombres, sino en el poder de las Palabras de Cristo, que transforman tu mundo interior.

Cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que seas capaz de percibir que el ingreso de tu Señor en Jerusalén no viene a exaltar al mundo o a los hombres, sino a curar los corazones, para que estén ante la memoria material, etérica y espiritual de Cristo y que esa experiencia los coloque ante una nueva oportunidad de contemplar el pasaje del Mesías sobre la Tierra, no con ojos de ambición, ojos de un pueblo que, empobrecido en cuerpo y en espíritu, maltratado por las leyes de su tiempo, buscaba un rey con un poder tal que fuera capaz de elevarse por sobre todos los poderes del mundo. Pero, al no encontrar el poder que buscaban, maltrataron con feroz desprecio y con la fuerza de sus infiernos internos a Aquél que fue enviado para salvar al mundo de sus ambiciones.

Por eso, cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que hoy el Amor de Cristo tenga otro poder dentro de ti.

Que tu consciencia esté madura espiritualmente, dispuesta a renunciar a las comprensiones y pensamientos condicionados del mundo, abierta al Espíritu de Dios; para que, en ti, resuenen, florezcan y fructifiquen las semillas de una vida crística que, en tiempos anteriores, no encontraron suelo suficientemente fértil para transformar la condición humana en una condición divina.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo      

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ RECIBIDO EN EL ÓMNIBUS ÁGUILA DE LUZ, DURANTE EL VIAJE DESDE EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, HACIA EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando estés ante el calvario no temas, sino busca elevar tu consciencia más allá de las apariencias y de los sentidos humanos, más allá de los miedos, de las humillaciones, de las tristezas y de las posibles decepciones que un tiempo de calvario puede traerle a una consciencia.

No juzgues con tus ojos humanos a aquellos que no conseguirán transitar por el camino de la cruz. No pienses en la flaqueza de los que huyen, en la debilidad de los que se esconden del dolor en el camino, porque el calvario es vivido en todos los niveles de la consciencia, y todos los seres lo vivirán; aunque parezca que huyen o que se esconden, no dejarán de experimentar lo que les corresponde vivir en este tiempo.  

Por eso, no juzgues ni cuestiones los caminos de los demás según tu entendimiento, sino concentra tu corazón en ir más allá y amar más allá de la cruz, como Cristo lo hizo.

Cuando el Señor caminaba por el Calvario, sin aquellos que prometieron seguirlo, Su Corazón no los juzgaba, sino que sabía que dentro de los Suyos habitaban dolores mayores y miedos profundos que nacían de las entrañas de la condición humana y que este mismo hecho, de no haber sido capaces de acompañar al Señor en Su Cruz, les daría fuerza para tomar ellos mismos sus cruces y renovar el Amor de Dios.

Por eso, hijo Mío, haz como Cristo que, aún en el ápice de Su oferta del Calvario, sustentaba no solo la Cruz, sino también la prueba que cada uno de Sus compañeros estaba viviendo al negar su compañía ante el sufrimiento de Cristo.

Imita el ejemplo del Señor y, aun en tus dolores más profundos, no te olvides de los que quedaron atrás, para que el paso que dejaron de dar se transforme un día en fortaleza, para que ellos sean capaces de ofrecer lo que jamás entregarían si fueran compañeros aparentemente perfectos de Cristo.

Que en tu corazón habite siempre la esperanza de la redención de todas las almas.

Que tu alma esté siempre elevada al Corazón de Dios y, habitando Su Divina Consciencia, puedas comprender la magnitud de Sus Caminos y de las oportunidades, y la Gracia que Dios siempre les concede a Sus hijos a través de la Misericordia de Cristo.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Páginas

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto