Viernes, 4 de agosto de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que la paz colme los corazones de los que buscan vivir en el Amor de Cristo y que encuentran en el sacrificio y en la soledad el puente para realizar una oferta mayor de la propia vida al Universo, y que así reparan el Corazón herido y ultrajado de Dios.

Las almas consagradas son un tesoro para el Padre Celestial, un tesoro que Él carga con Amor, que contempla en los momentos en que el mundo hiere Su Sagrado Corazón por la indiferencia y el desamor.

Mucho más allá de ser imperfectas, las almas consagradas reparan con su esfuerzo el Corazón del Padre; y es en ese esfuerzo, hijos, que se oculta un profundo amor que día a día despunta en el corazón humano.

Les digo esto para que aprendan a contemplar, como Dios, el valor de sus vidas; para que comprendan la esencia de esa vida y sepan que no se trata de perfección, sino de transparencia; no se trata de amar perfectamente, sino de intentarlo constantemente; no se trata de soportar todo con paciencia perfecta, sino de intentar vivir cada prueba con sabiduría y entrega, hasta aun cuando les falta amor y paciencia.

Que el sentido de sus vidas no se pierda, que el motivo por el que consagraron sus vidas siempre esté vivo, como una base que los sustenta a pesar de la condición humana. Sepan, todos los días, que son tesoros en las Manos del Padre Celestial; son como una planta delicada y preciosa que Él cultiva con Amor, riega con delicadeza y contempla siempre para encontrar alegría.

Y eso es así, hijos, porque el Creador ve lo que son en esencia y en verdad, ve sus intenciones más sinceras, ve lo que se guarda en lo oculto de su silencioso y solitario corazón, y que muchas veces ni ustedes mismos saben expresar.

Cuando sientan que la vida está perdiendo su sentido y su valor, recuerden lo que son para Dios, recuerden cuán amados son y recuerden siempre que en sus vidas Dios encuentra aliento. Aunque sus vidas sean imperfectas y sean una verdadera batalla silenciosa con la condición humana, aun así, hijos, algo mayor se gesta a través de sus vidas, y en eso deben fijar sus ojos.

Muchas veces, una semilla no sabe que se convertirá en un árbol frondoso y que  amparará a otros con su sombra; mas Aquel que la cultiva con Amor, que la riega y la cuida en su fragilidad, sí sabe la grandeza que se oculta en la pequeñez de Su semilla.

Por eso, caminen y solo confíen; sientan no solo los Ojos del Padre sobre ustedes, sino también la emanación profunda de Su Amor y, en confianza, vean cómo Su milagro se realiza paso a paso, lentamente, en el transcurso de sus vidas, en este mundo y más allá de él.

Por eso, persistan.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo