MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

Para que el odio, la impunidad y la venganza no acaben con el mundo, y en especial con algunas naciones desamparadas, Yo vengo a pedirles que se unan a la Madre Desatadora de Nudos a través de una novena especial e importante para Mí, a ser realizada entre el 30 de octubre y el 7 de noviembre de 2023, a fin de que la Santísima Madre pueda desatar los nueve principales nudos que amarran a la humanidad.

Para eso, hijos Míos, orando siete veces durante nueve días la oración a la Señora Desatadora de Nudos, se unirán a Mí y tomarán consigo la pesada soga de la condición humana para que, a través del fervor y del amor de sus oraciones, el mundo se libere de los principales nueve nudos, por los cuales ustedes orarán Conmigo:



1.  El nudo de la impunidad.

2.  El nudo de la injusticia.

3.  El nudo de la negligencia.

4.  El nudo de la soberbia.

5.  El nudo de los no nacidos y abortados.

6.  El nudo de la indiferencia.

7.  El nudo de la crueldad humana.

8.  El nudo de las guerras.

9.  El nudo del mal.



Orando Conmigo durante los nueve días, permitirán que su Madre Celeste ampare, proteja e interceda por los desamparados e inocentes, a fin de que la Ira de Dios no descienda sobre las regiones del mundo ni sobre las consciencias que están fuera de la Ley. Por eso, Mis queridos hijos, Yo vengo a pedirles este favor por amor.

Estaré una vez más atenta a la voz de los orantes.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de los desamparados

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Mientras el mundo enfrenta su gran momento de purificación, les pido que en sus vidas y consciencias siga resonando la voz de la oración del corazón; porque será la forma de que, ustedes y sus hermanos de la humanidad, sean ayudados a través de las Leyes Espirituales.

A medida que se aproxima el tiempo prometido del Apocalipsis, los corazones verán situaciones inesperadas que nunca acontecieron en la Tierra. Esto es así para que el planeta se limpie a sí mismo, porque la Madre Tierra grita de dolor y nadie la escucha.

Por eso, hijos Míos, que la oración sea esa llama ardiente que nunca se apaga, que sea la llama que se vivifica, que transmuta, que ilumina y que redime; porque, en el fin de estos inesperados tiempos, la oración será ese escudo espiritual capaz de aislarlos de todas las interferencias de estos tiempos.

Yo necesito que Mis queridos hijos no omitan este pedido, porque cuando estén delante de los acontecimientos del final de los tiempos, recordarán Mi Mensaje.

Si realmente aspiran a corresponder a Dios no solo en los Mandamientos, sino también cumpliendo Su Santa Voluntad, la oración ardiente será esa estrella que a través de Mi Corazón los guiará hacia Dios, hacia un lugar seguro.

Estos tiempos demuestran que la humanidad perdió los valores de la vida y de la familia, porque la sociedad se volvió indiferente al sufrimiento y a la necesidad de los más desprotegidos.

Por eso, les pido que coloquen todo esto en el corazón y que oren Conmigo, a fin de que su Madre Celeste junto con todos los ángeles intervengan en la actual y cruda realidad de estos tiempos.

Es inmediato que la oración de Mis amados hijos resguarde y proteja toda la misión espiritual que llevará adelante la Madre Celeste.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN BARCELONA, CATALUÑA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Vengo, en este día, como Madre de la vida de los océanos, para que la humanidad escuche el grito de los océanos, para que el ser humano de superficie se sensibilice y abandone la fría indiferencia.

Vengo como la voz de los océanos, para que sea escuchada, para que Mis hijos oren por uno de los recursos que está en riesgo en todo el planeta.

Oremos, hijos, para que la contaminación ya no sea la amenaza de toda la vida marina.

Oremos para que no se derrame más petróleo en los océanos, para que la sangre de las entrañas del planeta no sea más extraída para el beneficio de los de siempre.

Oremos por la vida de los océanos.

Oremos para que la vida de los océanos ya no sea el cementerio humano más grande de la historia y para que las naciones se comprometan a ayudar en el rescate de la vida de los refugiados.

Queridos hijos, este es el doloroso escenario de los océanos, es el fiel testigo de la inconsciencia de la humanidad y, sobre todo, de la falta de sentido común y de discernimiento.

Yo les pido, más que nunca, que hagan algo por los océanos y que la mayoría no se quede observando cómo se autodestruye la vida que el universo les concedió.

Es hora de tomar consciencia, queridos hijos, porque ya no hay tiempo, y después no habrá posibilidades de que se lamenten.

Oremos por la crueldad que sufren los océanos y todos los seres marinos, para que el sufrimiento, que es provocado por la mano sangrienta del hombre de hoy, no quede impune, y esto no retorne a la humanidad a través de más desaparecidos en los mares, o en la sequía inexplicable de grandes reservas de agua dulce del mundo.

No perjudiquen más a los océanos. Hoy, ellos gritan a través de la voz de la Madre Naturaleza.

Comiencen a hacer algo primero en ustedes mismos. Les estaré muy agradecida a todos aquellos que alivien el dolor silencioso de los océanos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de los Océanos

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN NAZARÉ, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Oración de la Sierva de Dios

Oh, Señor,
colma nuestra vida
con los dones de Tu Gracia.

Revélate, Mi Dios,
en cada paso de la vida.

Hazte presente en lo más pequeño,
para que muchos más descubran
el sagrado poder de Tu Humildad.

Abre, Señor, las puertas de Tu Reino,
para que todos puedan entrar.

Que con Ojos de Misericordia,
Tú puedas contemplar la grandeza
de que todas Tus Criaturas estén en Ti,
y Tú, Señor, en ellas.

Que la llama flameante de Tu Propósito Divino
pueda ser reconocida por aquellos
que atraviesan la noche oscura,
porque Tú, Señor, eres la Luz del mundo,
Tú eres ese puente que se muestra
ante nuestros ojos,
para que lo podamos atravesar
en confianza hacia el Paraíso.

No mires, Señor, la indiferencia de los hombres,
la crueldad de los incrédulos;
coloca, Señor, Tu Mirada en todos aquellos
que en sacrificio y en amor se entregan a Ti,
para alabarte y para reconocerte
como el Único Señor, Adonai.

Que Tu Insondable Amor, Señor,
sacramente la vida de Tus Hijos.

Haz que una vez más brille la estrella de Belén
en lo más profundo del corazón
de los que aspiran, algún día,
a encontrarse, cara a cara, con Cristo.

Así, Mi Dios, prepara la Nueva Tierra
a través de los que, por amor, se ofrecen a Ti,
para que Tu Sagrado Reino descienda a la Tierra.

Que en esa unión perfecta
entre Tu Corazón y el corazón de Tus Hijos
se vivifique Tu existencia,
porque al fin de todo,
cuando todo se haya cumplido,
conforme Tú lo decretaste,
Tus Criaturas y Tú, Señor del Universo, serán uno,
y ya más nada separará la vida de la esencia,
la realidad de lo inmaterial,
lo interno de lo divino y cósmico.

Tu Sierva y Esclava, una vez más, se ofrece,
en amor y en renuncia,
para que muchos más puedan renacer en Ti.

Amén.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Sierva del Señor

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo ya les dije una vez que no los quiero perfectos, sino verdaderos.

Yo ya les dije una vez que no vengo por los que buscan la opulencia, el poder o la venganza. Yo vengo aquí por los pecadores.

Yo ya les dije una vez que no vengo en busca de los ricos de la materia o del espíritu. Yo vengo aquí por los humildes y los simples de corazón.

Yo vengo aquí por los que Me quieren encontrar y sentir, por los que aceptan abrirme la puerta de su corazón para que Yo pueda entrar.

Yo no busco algo grandioso. Yo busco algo simple, pero al mismo tiempo profundo, íntimo y divino.

Para que puedan saber lo que Yo necesito en cada nuevo paso, deben buscar incesantemente la unidad; porque en la unidad no hay diferencias, en la unidad no está Mi enemigo, en la unidad encontrarán la paz que tanto buscan.

Pero si ustedes primero no están en unidad en su mundo interior, en su esencia y en su vida, no podrán estar en unidad con Nosotros ni con sus semejantes.

En este tiempo, en el que la humanidad vive en su propia condena, en el que la indiferencia es la energía que habita en muchos corazones; les pido que no se alejen de Mi Amor, que actúen y que obren como Yo actúo y obro, que imiten al Señor del Universo en Su inmensidad de Misericordia, de Amor y de Compasión.

Porque los tesoros que Yo les He confiado tienen un valor desconocido e incalculable para el mundo, y el mayor tesoro que Yo tengo por las almas son Mis atributos: la verdad, la transparencia, la unidad, el amor, la compasión y la fraternidad.

Si alguno de estos atributos falta en sus vidas, trabájenlo incansablemente y no pierdan el poco tiempo que hay; porque les vuelvo a repetir como muchas veces ya les dije, que se amen los unos a los otros, así como Yo los amo.

Mientras esto no suceda y Nosotros lo veamos, el mundo seguirá oscureciéndose a través de su propia indiferencia y división.

No crean que por vivir en el camino del espíritu ya tienen todo ganado.

Miren a su lado, contemplen el dolor del hermano y reconozcan al Cristo que sufre en silencio. Es allí en donde debe comenzar a surgir el amor, más que las palabras, más que las realizaciones, más que las expectativas y mucho más que las instrucciones.

Porque si el amor no es el centro de la llama viva de cada ser, nada tiene sentido en este planeta y en esta humanidad. Yo vine al mundo para enseñarles ese camino y si parece que hablo las mismas cosas todo el tiempo, es porque no las viven.

Mi Madre, que está en el Cielo y en la Tierra, la Madre de toda la humanidad, les ha dado una lección de humildad el otro día. ¿La pudieron reconocer? ¿Ya la pudieron aceptar?

Que Nuestras Palabras no se disuelvan en el éter de este mundo, sino que permanezcan. Por eso, obsérvense, sin juicio y sin condenación, y reconozcan lo que aún no viven ni sienten principalmente por el prójimo.

Si estas bases no están sólidas en sus vidas, el Plan de Dios será en vano. Su confianza se deposita en aquellos que lo aman y que aman a sus hermanos. Por eso, abandonen las apariencias y las diferencias, y aprendan a quitar la sed que tiene el Señor.

Las señales que Yo les He dejado a través de los tiempos son visibles.

En Mis revelaciones, Yo les presenté la realidad de Dios. Los misterios más profundos del Amor del Creador están presentes en cada Faz de Cristo. ¿Pero, consiguen reconocer la presencia de Mi Corazón, de Mi Amor, de Mi Verdad y de Mi Camino, en el semejante?

Dios es tan humilde y tan simple que se esconde en aquellos lugares donde muchos no lo ven. Así como Cristo está presente en la Eucaristía, Dios está presente en los corazones, especialmente en aquellos que verdaderamente se entregan por amor, confiando sus vidas en las Manos del Padre, así como el Hijo del Padre confió en el Padre en lo alto de la Cruz.

Muchas son las llagas que Me deja el mundo, pero más son las llagas que a veces Me dejan Mis compañeros, sin tener consciencia de lo que esto significa y representa.

Aquellos a los que les corresponde guiar el Plan de Dios en la Tierra, aquellos que tienen a su cargo muchas almas en este mundo, son los que más se deben resignar ante el Señor del Universo, para que nada se tuerza, para que el Propósito esté alineado con el principio de la Ley y para que la manifestación de la Voluntad de Dios se cumpla y no se modifique.

Sé que no esperaban que Yo les dijera esto y tal vez muchos no comprenden lo que estoy hablando, pero este Mensaje es para aquellos que sí saben de lo que estoy hablando. La responsabilidad por todas las almas es muy grande y eso tiene un peso universal.

Seguir Mi camino no es una emoción. Seguir Mi camino no es algo pasajero. Seguir Mi camino es aprender a vivir en la Ley. Seguir Mi camino es aprender a amar en cada paso, así como Yo los amé en cada paso que di sobre este mundo.

Cierren las puertas a todo aquello que no es real. Coloquen su energía en lo que es vital y urgente. No pierdan Mi hermandad, no la desperdicien ni la desechen, porque el Corazón del Padre podría estar siendo ofendido; y, ¿quién justificará esa ofensa ante Dios?

No se olviden de tratarse como hermanos; porque cuando aprendan a tratarse como hermanos, aprenderán a tratarse como almas y algún día como esencias, así como Dios los trata a cada uno de ustedes sin excepción.

La deuda de este mundo es muy grande. No colaboren para que esa deuda se agrave. Ustedes son conscientes de todos los tesoros que les He entregado por Amor.

El Plan debe cumplirse y no abortarse. ¿Será que entienden lo que les estoy diciendo? Mis Palabras ya no pueden ser símbolos ni dibujos abstractos.

La verdad de Mis Palabras debe llegar al corazón de todos, porque si ustedes no viven a través del corazón, no vivirán en la verdad.

Y es esto lo que, en este día, vengo a pedirles, en la solemnidad de Mi Sagrado e Insondable Corazón, que vivan en el corazón, en el corazón que ama y que no condena; en el corazón que no separa, sino que une; en el corazón que acepta y que no rechaza; en el corazón que es capaz de ir más allá de sí mismo por la salvación del otro.

Les repito todo esto porque no lo están entendiendo. Mi obra para con esta Obra no es en vano.

Los pilares de esta Obra, que cuidan a todas las almas, son muy responsables. Esto es lo mismo que les enseñé a Mis apóstoles en el pasado. Porque ser Mi apóstol no es una tarea, es ser capaz de despertar su propio Cristo interno y amar, y es ser capaz de trabajar incansablemente por el despertar de los demás Cristos internos sin condenarlos, sin oprimirlos, sin distanciarlos del amor.

¿Dónde está el Amor que Yo les di, compañeros?

Si ante el aparente desierto escapan, si ante el aparente abismo corren, si ante la aparente tempestad se desunen, ¿cómo será que Mi Amor triunfará en el mundo?

Abran sus ojos y no se engañen. El engañador de todos está muy cerca y no lo perciben. Corten con las espadas de los ángeles todo el mal; pero, sobre todo, el mal se disipa en el amor, en el amor que cura, en el amor que sana, en el amor que libera, en el amor que unifica, en el amor misericordioso.

Que en este día del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, las almas puedan percibir y sentir el Amor Ardiente del Señor para que la paz se establezca, para que la unidad se refleje, para que la hermandad se cumpla, a fin de que se realicen las Obras de Dios.

Ya no gasten su tiempo en lo que es innecesario e inútil. Cuántas almas están sufriendo y precisan de su ayuda. Salgan de su propio centro y ábranse.

Todo lo que los rodea necesita de redención. Sean un puente y no un túnel. Sean un portal y no una pared. Sean una estrella y no un abismo.

El Amor de Mi Corazón no se desperdicia. Yo los invité conscientemente a beber de Mi Cáliz, ¿serán capaces de seguir haciéndolo?

En Mi Proyecto existe la fraternidad, el amor y la unidad.

Hoy, los ángeles son testigos de todo lo que les estoy diciendo. Y el Corazón de Jesús se esfuerza para poder decirlo, porque ya no tengo más tiempo y las almas aún no se deciden a vivir en Mi Amor, en Mi Voluntad y en Mi Verdad, que es la Verdad y la Voluntad del Padre.

Quisiera terminar este ciclo con triunfos y no con angustias. Quisiera terminar este ciclo de Apariciones con tesoros y no con decepciones. Yo los invité a vivir algo desconocido y aún no lo han comprendido.

Silénciense para comprender lo que les digo, recójanse para percibir lo que les muestro y agradezcan la oportunidad de vivir la humildad. Porque cuando Yo ya no esté entre ustedes, recordarán estos días, y ¿qué harán con todo lo que les He dado por Amor?

No se olviden, especialmente todos los religiosos y religiosas, del Sacramento de la Confesión. Los Sacramentos son la puerta de su liberación, son la puerta hacia Mi Misericordia, no le den la espalda.

Sean humildes y no orgullosos, sean simples y no vanidosos; y, a través de Mí, conocerán lo maravilloso que es vivir en Dios, porque Él ya está muy ofendido.

Ofrezcamos, en este día, la Comunión Espiritual como un acto de reparación y de perdón.  Y pido la Gracia, al Dios del Universo y de la Vida, de la unidad de todos los servidores, del Amor Mayor entre los servidores, de la hermandad entre los que sirven a Cristo. Porque si esos pilares no son parte de ustedes mismos, no conseguirán atravesar estos tiempos difíciles.

No se olviden de lo que les He dicho, porque no lo están viviendo.

Yo vengo a decirles esto por Amor, por un Amor infinito y desconocido que en este momento emana de la Fuente de la Creación.

Les agradezco.


Oh, Sangre de Cristo,
derramada sobre el mundo,
purifica nuestra alma,
alivia nuestro corazón.
Ten piedad de nosotros, Señor.
 Amén.
(3 veces)

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a prepararnos para la Comunión Espiritual, cumpliendo lo que Cristo nos Ha pedido: realizar un acto de reparación y de perdón en este día del Sagrado Corazón de Jesús; pidiendo la Gracia de la unidad, de la hermandad y de la fraternidad.

Mientras nos preparamos, a pedido de Cristo, vamos a cantar una canción, “El Poder de la Sangre”.

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL MONTE TABOR, GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

Que Dios sea siempre adorado y reconocida Su Insondable Presencia.

Queridos hijos, ante el Santísimo Sacramento, en el Monte Tabor, su Madre Celeste los llama a ingresar en el preámbulo de la próxima Semana Santa, en la que Mi Hijo se entregará por ustedes para que se rediman y tengan vida en abundancia.

Queridos hijos, antes de que Jesús ingrese triunfante en Jerusalén; ustedes, Sus apóstoles de los últimos tiempos, entreguen su oferta al Creador, ya que Su Iglesia Celestial estará abierta y las ofrendas de sus corazones podrán ser depositadas a los Pies del Señor.

Les hablo de una sincera oferta porque, en esta próxima Semana Santa, las almas deberán hacer su ofrecimiento a fin de aliviar el sufrimiento del mundo, a fin de erradicar la indiferencia ante tantas situaciones inesperadas que vive la humanidad.

Queridos hijos, como su Madre Celeste, los acompañaré en esta senda de comenzar a aceptar el camino crístico de la redención.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 



 

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

Hoy, vengo al mundo como el Gran Espejo Mayor de Dios. 

Vengo como Instrumento simple del Padre Eterno para que en Brasil y en el mundo, a través del Espejo Interior de Mi Corazón, se reflejen y se depositen, una vez más, los méritos victoriosos alcanzados por Mi Hijo Jesús, méritos guardados preciosamente en el Arca de la Santa Alianza.

Será de esta forma, hijos Míos, que Brasil y el mundo serán aliviados de las invasivas informaciones y estímulos que el ser humano recibe en estos tiempos, volviendo su vida insensible, autónoma de Dios e indiferente ante las graves situaciones dolorosas que atraviesa la actual humanidad.

Como ese Gran Espejo Mayor de Dios, hoy, llega su Madre Celeste para que el mayor número de almas tome contacto, en los planos internos, con los Atributos de la Fuente Suprema. Esto es urgente, porque a medida que el tiempo corre, en esta caótica superficie, muchas almas son desconectadas de lo que es verdadero y de lo que es esencial.

Por ese motivo, una vez más, el Padre Celestial Me envía al mundo, al mundo sufrido; para recordarles, a los creyentes y a los no creyentes, que muchos se están dejando arrastrar hacia el abismo de la bestia; y ella, por medio de su astucia, de su soberbia y de su arrogancia, engaña y retiene con sus garras a muchos sacerdotes de la Iglesia, a muchos pueblos y naciones que ya se están convirtiendo en el territorio de la extensa oscuridad espiritual.

Con ruegos y más consciencia, vengo una vez más para pedirles que sigan orando por Brasil y por Sudamérica, porque está en sus manos el destino del Brasil y del mundo entero.

Mientras tanto, la Madre de los Espejos de Dios reúne, en este tiempo, a todo Su ejército sobre la superficie de la Tierra, para despertarlos y para llamarlos a la realidad, de la cual muchos se quieren esconder, por temer enfrentar esa realidad.

Pero Mi Hijo les dio Su Palabra, les entregó Su Mensaje a través de los últimos años y les otorgó el camino de su conversión y de su perdón a través de la ciencia espiritual de los Sacramentos.

Recuerden, entonces, todas las Gracias recibidas y actúen conforme a la Voluntad de Dios, porque llegarán momentos de mayor vigilancia y de discernimiento.

Confíen en el Espíritu Santo y no dejen de dar los pasos hacia el Corazón de Dios.

No se olviden de los actos de Misericordia. No se cristalicen en el camino espiritual y orante.

Sean guerreros disponibles en el amor, en la tolerancia y en la paz.

Cultiven el diálogo, manifiesten coherencia en sus elecciones, pero sigan fielmente los Atributos de Dios. Así, harán un planeta más libre de la oscuridad, de la violencia y de la impunidad.

Amen la vida y respétenla. No permitan que la Creación siga siendo ultrajada.

Rezo por Brasil, por su destino, por todo su querido pueblo de Dios.

Sean pacificadores de Mi Hijo. Les pedimos, una vez más, que no se involucren con las mentiras y con los comentarios, que amen el Silencio de Dios.

Les agradezco por responder, en consciencia, a Mi llamado.

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CASA SANTA ISABEL, LUANDA, ANGOLA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

Con alegría y regocijo, llego una vez más del Cielo. Esta vez para este esperado encuentro entre Mi Corazón y sus corazones.

Su Madre Celeste ya está aquí, con toda Angola y con toda África.

Hoy, vengo como la Madre de África. Vengo por un continente estigmatizado a través de los tiempos. Vengo por una raza discriminada y explotada.

Yo estoy aquí y Soy su Madre. Vengan a Mis Brazos para que, una vez más, Yo los pueda consolar y acoger en Mis Brazos de Madre.

Hoy, vengo llena de Gracia, de Amor y de Misericordia. 

Esas Gracias, prometidas a Mis hijos de la Casa Santa Isabel y a toda África, hoy las derramo en sus corazones, para que las pesadas cadenas de la indiferencia, de la impunidad y del maltrato se puedan romper por el golpe eficaz de la poderosa espada de San Miguel Arcángel.

Mis hijos, tengan fe y crean. El fin de este cautiverio está cerca porque Mi Hijo retornará, y Él, en Su Gloria, retornará primero por ustedes, por toda Mi querida y amada África.

En estos próximos días, seguiré viniendo, así como una vez vine a Kibeho, a decirle al mundo que África está en Mi Materno Corazón.

¡Les agradezco por haber respondido a Mi llamado!

Los bendice y los ama,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de toda África

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN MONSERRAT, PROVINCIA DE BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Oración contra la impunidad mundial

Señor,
que nunca más mi voz
se alce contra mi hermano.

Señor,
que nunca más nación
se oponga contra nación.

Señor,
que ya no se levanten las armas
y que ninguna otra consciencia pierda la vida.

¡Oh, Señor Celestial!,
ten piedad por nuestras injusticias y errores.

¡Oh, Señor de la Misericordia!,
haz descender Tu Luz
sobre estas temidas tinieblas.

Señor,
que ya no se generen más conflictos.

Señor,
que las familias más vulnerables
ya no sean desplazadas.

Señor,
que ya no se detonen las bombas.

Señor,
que ya nadie más sea capaz
de matar a sus semejantes.

¡Oh, Señor de la Vida!,
haznos merecedores de Tu Reino.

¡Oh, Señor de la Paz!,
que Tu Sagrado Universo Celestial
se haga vivo y presente en este mundo.

Señor,
que ya no corran las lágrimas
y la sangre de los inocentes.

Señor,
que ya no exista el odio,
la venganza y la impunidad.

Señor,
cúranos de la indiferencia.

Señor,
cúranos de la omisión y de los prejuicios.

Señor,
cúranos de toda maldad.

Que nuestros corazones sean puros.

Que nuestras obras sean de caridad y de bien.

Que Tu Presencia, dentro de nosotros,
cierre las puertas al mal.

Señor,
haznos partícipes del Retorno de Tu Hijo
 que, con esperanza y fe, lo esperamos.

Que, por todos los méritos redentores de Tu Amadísimo Hijo
y por la oración perpetua del Inmaculado Corazón de María,
veamos surgir una humanidad de paz,
de respeto, de tolerancia y de fraternidad.

Amén.
 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Inmaculada Señora de la Paz,
manifestación de la Pureza Original,
permítenos ingresar en Tu Corazón,
Reino Sagrado del Amor y la Protección.

Que Tu Manto de Luz nos guarde
y transforme nuestros pequeños seres
en siervos de Tu tarea universal.

Te reverenciamos, Madre,
Reina de la Paz,
Divina Concepción de la Trinidad.

Amén.
(tres veces)

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este silencio que los abraza, sientan el pulsar del Corazón de la Madre de Dios.

Yo traigo del Cielo lo más bello que hay para ustedes; por eso, los reúno junto a Mí para que puedan sentir, una vez más, el Amor de Dios.

Hoy, vengo como una Madre que agoniza por ver a este planeta en sufrimiento.

Hoy, vengo a buscar a cada uno de Mis hijos para que Me consuelen; porque así, la Madre Tierra será consolada y cada Reino de la Naturaleza recibirá la atención que merece; para que las almas, en la superficie de este planeta, ayuden a los Reinos de la Creación, porque sin los Reinos de la Creación, la humanidad no podrá sobrevivir.

Por eso, les he pedido, hijos Míos, que invoquen e imploren el poder intercesor de San Gabriel Arcángel; porque el Mensajero fiel de Dios los podrá ayudar a cada uno de ustedes y, así también, podrá ayudar al planeta.

Cuando les pido que Me consuelen, no es solo a través de la oración del corazón, sino a través de recordar todos los días la importancia de salvar a la Creación y, especialmente, a todo lo que habita en este planeta, a todos los Reinos de la Naturaleza, incluso los Reinos Elemental y Dévico.

Hijos, Yo vengo aquí, como su Madre agonizante, para que comprendan el símbolo, pero también el grito del planeta.

Sé que la mayoría podría responder a Mi llamado, pero mientras más las voces se unen para pedir respeto por este planeta, menos esas voces son escuchadas por los que creen tener el poder en esta humanidad; pero no desistan, hijos Míos.

No solo los invito a servir a los Reinos de la Naturaleza, sino también los invito a defenderlos, a protegerlos con acciones de amor y de caridad; porque el ser humano, de estos tiempos, se olvidó completamente que proviene de la Creación y que cada parte de su ser pertenece a los Reinos de la Naturaleza.

Para que comprendan, hijos amados, lo que les hablo, entiendan, en este momento, que sus esencias provienen de los estanques de la Creación y que una pequeña partícula de Luz de cada Reino se ha donado, por amor a Dios, para constituir la formación y la expresión de sus seres.

Así entenderán, hijos amados, que cuando el mundo lastima a los Reinos de la Naturaleza, se lastima a sí mismo.

¿Cómo permitir, queridos hijos, que la propia humanidad se lastime a sí misma todo el tiempo y retire de su hábitat lo que Dios les ha dado con tanto Amor, desde el principio del Génesis?

¿Cómo es posible, hijos amados, que los seres humanos pierdan la sensibilidad y hasta el sentimiento terrenal ante el sufrimiento de los Reinos Menores?

¿La humanidad se ha dado cuenta de que destruye su propia consciencia?, ¿que, al contaminar los mares a cada segundo de este tiempo, pierde la posibilidad de tener agua para saciar su sed?

El mundo tiene grandes problemas con el agua y, una vez más, los más pobres de entre los pobres sufren las consecuencias de los que se dicen poderosos.

¿Cómo es posible, hijos amados, que el hombre de este tiempo destruya las florestas solo para tener papel?

Hijos, ¿cómo es posible que, en este tiempo, contaminen la Tierra o sacrifiquen a los animales sin sentir absolutamente nada?

No hablo de vegetarianismo; hablo de sentir, en lo profundo del corazón, que los Reinos Menores son consciencias que merecen evolucionar al igual que las de ustedes. Y los que creen tener la potestad, por encima de la Creación, se han decidido a no hacer nada.

Si la mayoría no ora de rodillas, solo llegarán revoluciones sociales, y el hombre y la mujer de este tiempo se seguirán enfermando a sí mismos, porque las mutaciones de estos tiempos, que modifican la genética perfecta que Dios creó, degeneran absolutamente la condición espiritual de la humanidad, y Mi enemigo ha ganado terreno en ese campo.

Pero no sientan indignación ni tampoco culpa, porque el Proyecto Original de Dios se cumplirá con la transmutación y la trascendencia de la humanidad, de los que realmente luchen con el estandarte de Cristo para que Su Plan se cumpla en la superficie de este planeta.

Una vez más les vuelvo a decir, especialmente a los que no escuchan ni creen en la Palabra de Dios que, si no hacen un cambio profundo, su destino solo será perecer. Y, ¿hasta dónde debería llegar la Misericordia del Padre o la Justicia de Dios?, ¿hasta dónde la compasión debe abrazar las condiciones más miserables de este planeta?

Amor no significa concesión. Amor no significa alianza con las leyes de la Tierra. El Amor también es Justicia, pero es Sabiduría. El Amor no es castigo, es corrección.

Por eso, Yo los invito a tener cuidado y a escuchar Mi advertencia, porque mientras los Reinos de la Naturaleza sigan siendo transgredidos y ultrajados, ¿quién detendrá las guerras de este planeta?, ¿quién cerrará las puertas que se abren al mal?, ¿quién transmutará esas puertas?, ¿quién aliviará el desplazamiento de millones de refugiados en el mundo?, ¿quién ayudará a enfrentar la crisis climática de los pueblos más pobres de este mundo?, ¿quién tendrá medios para suplir las grandes necesidades de alimentos?

No estoy hablando de asistencialismo; estoy hablando de tener consciencia y de fraternidad humana, de hacer lo que Dios les enseñó hace mucho tiempo, lo mismo que le enseñó al pueblo de Israel: compartir sus bienes materiales para que todos reciban los bienes espirituales.

No Me canso de escuchar el grito de este planeta. La erupción de los volcanes le demuestra al mundo un gran llamado de advertencia. No existe nadie que lo pueda detener. ¿Acaso permitirán que el Círculo de Fuego del Pacífico se siga ampliando, como si los volcanes fueran un entretenimiento para la sociedad?

Hijos amados, deben respetar las Leyes universales para que aprendan a respetar las Leyes de la Creación.

La cuerda de este mundo está demasiado estirada. Su tensión y su fricción hacen que esté a punto de romperse. ¿Quién lo evitará?, ¿quién más se sacrificará?, ¿quién formará Conmigo una gran y poderosa red de oración que congregue cada vez más a muchas almas que se postulen a ser los orantes del fin de los tiempos, los llamados orantes del Apocalipsis?

Es de esa forma que estarán Conmigo, sin faltar a la oración del corazón, porque las oraciones aún son muy insuficientes; muchísimos son los pecados, muchísimas son las faltas, muchísimos son los errores y las omisiones de la humanidad. Todo crece gradualmente hasta el punto de volverse desproporcionado.

¿Quién alcanzará, por encima de todo, la Gracia tan necesaria y extraordinaria que permita una amnistía espiritual para las almas que ya están condenadas al infierno?

Este es el tiempo de la superación para los nuevos Cristos. Ya no son tiempos de reclamaciones ni de quejas, es tiempo de que sus vidas sean otras; así como la vida de la Madre de Dios fue otra desde la Anunciación del Arcángel Gabriel hasta la Asunción.

No les pido nada grandioso, hijos Míos, solo les pido que cumplan lo que Mi Hijo les pidió durante su último Mensaje del 22 de octubre: que se amen más los unos a los otros por aquellos que no se aman; porque si el Amor de Dios sigue faltando en este mundo, ¿cómo creen que esta humanidad terminará?, ¿se lo han preguntado, Mis amados?, ¿ahora, entienden la agonía de la Madre de Dios?

Ya no llevo solo siete espadas en Mi pecho que traspasan Mi Corazón; ahora, Mi Corazón es traspasado por catorce espadas de los pecados más graves de este mundo; existiendo así un gran pecado central que hace doler Mi Corazón, que es el pecado de la indiferencia. Por eso, cuando no sientan con el corazón, tengan cuidado de que sus corazones no se endurezcan como una piedra, al punto de que todo lo que se les muestre en este mundo y lo que se les mostrará no les haga mover su mundo interno.

Atención, Mis amados, invoquen a sus Ángeles de la Guarda, invoquen la poderosa Sangre de Jesús para que el Señor los purifique y los sane, para que sus corazones siempre sientan la necesidad de orar y no de hacerlo por un compromiso o por un horario, porque es el tiempo de que el Padre vea que Mi Obra se está cumpliendo, a pesar de las adversidades.

Es el tiempo, Mis amados, de que sus vidas sean la propia oración.

Como una Madre que los ama, como una Madre que los sostiene, vengo a confesarles todas estas Palabras, porque aún queda un poco de tiempo para que, al menos, todas las almas posibles no pierdan la oportunidad de la redención.

Lloro junto a los que sienten injusticia. Mi Corazón agoniza junto a los Reinos de la Naturaleza, desde lo profundo de los océanos hasta lo más alto de las montañas. El grito del planeta es escuchado por el universo, ¿será que ustedes lo están escuchando?

Para que Mi Hijo pueda retornar al mundo, así como Él tanto lo ha anunciado, la humanidad necesita merecerlo, aunque sea en lo esencial; y si eso esencial aún no existe, ¿cómo creen que Mi Hijo retornará? 

Pero como Su Amor es más grande que los errores, como Su Compasión es más infinita que la indiferencia, como Su abrazo es más fuerte que toda la oscuridad; Él viene en Divinidad y Espíritu, desde hace siete años, viene a su encuentro a prepararlos para ese momento.

Pero Él también se angustia, aunque muchas veces no lo demuestre porque sabe que no lo soportarían; pero Él espera pacientemente que, por medio de todos los adoradores y también de los que todavía no son adoradores, cada alma sea su propio tabernáculo para que Él pueda estar presente en Espíritu y en Amor, y así pueda comenzar a curar al mundo y preparar al planeta para Su Venida a la humanidad.

Debemos rezar por esto con fervor, porque de no suceder, hijos amados, muy pocas partes del planeta sobrevivirán a las agresiones del cambio climático. Dios no les dio este mundo para que lo convirtieran en lo que hoy es; el Padre Celestial les dio este planeta para que, dentro de este universo, pudiera surgir una civilización de Cristos. Pero, sí, surgieron muchos Cristos a través de los tiempos, sin embargo no han sido suficientes, porque esos Cristos llamados santos han tenido que cargar la misma cruz de la deuda de esta humanidad, como el sacrificio que Cristo hizo por ustedes.

Por eso, a través de Mis Palabras, a través de este Mensaje, vengo a hacerlos meditar Conmigo sobre todo lo que Dios le ha dictado a Mi Corazón. Y, hoy, su Madre Celeste les dicta, a todos Sus hijos del mundo, las mismas Palabras que Dios Me entregó para esta Aparición.

Por eso, les vuelvo a decir que en los Sacramentos, en la oración y en el servicio están las llaves para poder enfrentar y superar estos tiempos críticos.

Eso es todo lo que necesitaba decirles, Mis amados. 

Compartan Conmigo el dolor de Dios; después de haber sentido el Silencio de Dios, ahora sientan el dolor de Dios por la gran ignorancia de la humanidad.

Que se abran las puertas de la Misericordia Divina. 

Que los 144 000 se presenten. 

Que el Reino Celestial descienda a la Tierra.

Que los Ángeles de la Guarda guíen y acompañen a los servidores.

Que todos escuchen el Llamado de Dios para cumplir Sus Promesas, hasta el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Amén.

Y como siempre lo hago, hoy nuevamente desde el corazón de Lys-Fátima, Santuario interior para todas las almas sedientas de Dios, Yo los bendigo, Mis hijos, y les doy la fuerza de la fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en la Paz de Mi Hijo. Adelante.

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hijo:

Cree en absoluto en la fuerza y en el poder de la superación que te brinda el Amor de Dios.

Cree que, a pesar de tus más profundas miserias, el Amor de Mi Hijo y Su Misericordia son capaces de colocarte en otra realidad.

Cree que en la superación de ti mismo, aprendes a vivir la redención de todo tu ser y sabes dar los pasos que deben llevarte a cumplir la Voluntad de Dios.

Cree que superándote todos los días, un poco más, disuelves las pesadas cadenas que atan a la humanidad.

Cree que superándote, generarás la condición para que el sufrimiento desaparezca de la faz de la Tierra. 

Por eso, cree en absoluto en la fuerza y en el poder de la superación que te brinda el Amor de Dios; porque, de esa forma, estarás recreando a la Creación y las situaciones internas serán otras.

Ten fe y supérate a ti mismo, todos los días. Supera los límites que te imponen los miedos de la consciencia.

Haz nuevas todas las cosas y vive este tiempo de purificación no como un castigo, sino como el gran momento de superarte, para que la humanidad se supere y abandone, de una vez y para siempre, la indiferencia y la frialdad.

Cree en la fuerza de la superación y coloca tu consciencia en otro estado, en lo positivo, en la corriente universal del Amor.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Siempre retornaré al mundo por una causa de bien y de perdón, porque deseo ardientemente que todos Mis hijos se reconcilien con el Padre Celestial. Él, desde Su Fuente suprema, tiene Sus Brazos abiertos y Sus Manos extendidas hacia el mundo. Su Corazón impulsa a todos por medio del Amor, Su Corazón se enciende en Compasión y en Misericordia.

No crean, hijos Míos, que todo lo que sucede en el mundo es por causa de un castigo divino, lo que hoy sucede en la humanidad es por causa de la indiferencia y de la omisión de la Ley que muchos hijos Míos han realizado en estos tiempos.

Por eso, Yo los invito a retornar al Corazón de Dios, porque en el Corazón de Dios comprenderán todas las cosas. Yo los invito, una y otra vez, de forma incansable, a volver su mirada hacia Dios.

Dios aguarda a cada uno de ustedes, Sus hijos, los aguarda para poder abrazarlos y consolarlos, los aguarda para poder impulsarlos a través del Espíritu Santo. Hijos amados, Su universo está tan lleno de Gracias y de Misericordias, que ya no caben en el Corazón de los Mensajeros Divinos.

Precisamos derramar sobre el mundo el Perdón y la Misericordia de Dios, pero aún son muy pocos corazones que se abren para poder amar ese misterio, para poder recibir en su vida todas las Gracias de Nuestro Creador.

Él está esperando en este momento, así como esperó que el pueblo en el desierto pudiera alcanzar la Tierra Prometida. La Nueva Tierra que llegará es la Tierra de la Nueva Humanidad. Yo los invito, hijos Míos, a que conscientemente se postulen para eso, permitan que sus almas caminen hacia esa aspiración y hacia ese propósito. Así, muchas situaciones serán aliviadas, muchas catástrofes serán evitadas, el sufrimiento será disuelto en los corazones si tan solo las almas se vuelven hacia Dios.

Vengo a repetir un Mensaje semejante al que una vez entregué en Fátima. Hoy, Mi Corazón viene a implorarles, hijos Míos, que ya no sufran más, que ya no vivan más en el caos, en la adversidad o en la batalla.

Hijos Míos, ríndanse, vuélvanse hacia Dios. Él espera sentir sus corazones y almas muy cerca, tan cerca que cada uno de ustedes pueda ser invadido y colmado por el Amor de Dios. El Padre Eterno creó su humanidad para que siempre vivieran dentro de Su Ley del Amor y de la Unidad.

Hijos amados, miren hacia su alrededor, vean cómo está el mundo, miren cómo están los Reinos de la Naturaleza, miren cómo están los pueblos y las naciones en este momento. ¿Cómo es que llegará la cura de esta pandemia si los corazones no se vuelven hacia Dios y abandonan al dios de las modernidades, de las tendencias o hasta aun, el dios creado del aborto?

Hijos amados, Yo les ofrezco Mi Vientre de Luz universal para que pueda gestar los nuevos Atributos del Padre Eterno en ustedes, les digo de los nuevos Atributos porque muchos ya los perdieron.

Deseo que, a través de Mi Corazón materno, por medio de los rayos de Mi Corazón, pueda entregarle al mundo los mismos atributos y virtudes que recibió el antiguo pueblo de Israel.

Hijos Míos, no se olviden de que ustedes son parte de las tribus de Israel, porque algún día todo retornará a su origen y muchos de Mis hijos, que hoy se postulan para la Nueva Tierra, tendrán la Gracia de ser partícipes de la experiencia próxima del Reino de Dios, de una experiencia viva y no mental.

Yo les pido, hijos amados, que se sirvan de Mi Inmaculado Corazón, Mi Corazón es el puente que siempre los llevará a Dios.

¡Cuánto sufrimiento veo en este mundo!

¡Cuánto dolor padezco cerca de cada uno de Mis hijos del mundo entero!

¿Quién Me acompañará en esta batalla?

¿Quién elevará hacia lo alto la antorcha de Cristo?, para que las tinieblas de este mundo sean disipadas y las almas ya no sean más abducidas por los infiernos de la Tierra.

Hijos amados, no tengan miedo, pero este es el tiempo del Armagedón. Abran sus ojos y erradiquen de ustedes toda indiferencia. Que sus corazones sean inundados por el Amor de Dios, porque así los ángeles del Padre descenderán más hacia la Tierra y auxiliarán en las causas y situaciones imposibles.

Yo les dije una vez que soy su Abogada Celestial. ¿Ustedes creen en eso, hijos Míos?

Después de más de treinta y seis años en Medjugorje, sigo aquí en Sudamérica y, desde aquí, le entrego a todo el mundo Mi Mensaje de Amor y de súplica para todos los corazones que aún necesitan ser transformados por la oración.

Superen las barreras que se han impuesto, trasciendan los límites que se colocaron y cierren las puertas al mal. En su donación está la clave del fortalecimiento de la llama de su fe. En su caridad está la clave que los librará de ustedes mismos para siempre.

Cuantos más hijos Míos sirvan en el mundo, mayores serán las Gracias que descenderán a la Tierra, a los que están sumergidos en el sufrimiento, en las guerras y hasta en la maldición.

Pero Yo vengo del Cielo, en este momento, trayéndoles a todos el Reino de Dios, reconsagrando sus corazones en cada nuevo encuentro.

Yo les dije, en el mes anterior, que agosto es un mes de renuncias y de pequeños sacrificios. Aún son insuficientes las ofertas que Me están llegando. No necesito de grandes sacrificios, necesito de pequeños sacrificios hechos por amor, que retiren sus corazones y vidas de la comodidad o hasta de la misma rutina.

Hijos amados, si no nos unimos, no seremos fuertes en Cristo; pero si nos unimos de verdad, juntos venceremos en esta transición planetaria. La verdadera transformación se dará en sus corazones, en sus vidas.

Delante de Mi Corazón maternal, aún contemplo todas las necesidades del mundo, especialmente las necesidades de las almas, porque muchas de ellas tienen sed de Dios, sed de Amor y sed de Paz.

Ahora, es el tiempo de que Mis ejércitos orantes estén enteros y disponibles para esta batalla. Recuerden que muchos de ustedes están debajo de Mi Manto, Yo los vuelvo invisibles e imperceptibles por medio del poder de la oración del corazón.

Que sus plegarias se expandan, que sus plegarias aumenten hasta que consigan sentir que están tocando el Cielo de Dios, hasta que tengan la absoluta certeza de ya aprendieron a sentir el Corazón de Dios. Hijos amados, es tan simple que muchos no lo hacen.

Yo los invito, por medio de este Mensaje, a renovarse en el compromiso de la oración; en esta escuela orante, que Yo les ofrezco a través de los tiempos, tienen la Gracia de subir los escalones hasta poder alcanzar el Cielo, por medio de las experiencias de los grados de amor.

Hoy, vengo como una Madre que suplica. Hoy, vengo como una Madre que implora. Vengo como la Madre que los ama en la perfección que Dios ha colocado en cada corazón.

En su donación, superarán los límites de la consciencia y, superando esos límites materiales y mentales, sabrán ayudar, hijos Míos, a los que más lo necesitan, a los que se bloquearán a sí mismos en este tiempo de transición.  

Pero tengan presente algo, la cura y la redención están disponibles para todos, confíen en ese misterio que Cristo ha entregado en la Cruz, derramando Agua y Sangre de Su Corazón para poder purificar a todo el planeta, a todas las consciencias y, más aún, a todo el universo.

Siempre que lo necesiten, retornen al misterio del Amor de Mi Hijo. Su Corazón también está abierto y expuesto para todos por medio del sagrado misterio del Sacramento de la Eucaristía; cuanto más amen la Eucaristía, más se librarán de todas las dificultades y problemas, porque la Luz de Cristo siempre será invencible. Y aun los que comulgan de forma espiritual en este momento, y que no pueden recibir la Sagrada Eucaristía, que no se aflijan.

Por medio de este portal de la Misericordia de Nuestros Sagrados Corazones, Dios ha concedido la Gracia y también la indulgencia para que los corazones que participen de la comunión espiritual por medio de esta Obra, siempre estén protegidos y amparados por Nuestros Corazones, a pesar de lo que vivan o de lo que transiten. Solo les pido que la sagrada Comunión Espiritual, que es ofrecida con esfuerzo y esmero, no sea un momento más, no sea un pasaje más, sino el momento más importante del día, en el que sus corazones estarán delante de Cristo para recibir Su Amor, el Amor que siempre los fortalecerá y los salvará.

Hoy, a Mis pies, también recibo todas las intenciones que escriben para esta Obra, como también las intenciones de los corazones que a través de los últimos años se adhirieron a la Obra de los Mensajeros Divinos y que, en sus familias y naciones, viven problemas difíciles. Hijos amados, ofrezcan esas experiencias como una gran renuncia de sus corazones, pero también como un gran sacrificio de amor por Mi Hijo. Sepan que yo estoy al lado de cada uno de los que Me necesitan. Estoy caminando a su lado, Yo soy su Madre y siempre los ayudaré, porque Mi Amor aún deberá ser descubierto por ustedes.

Solo cuando amen el misterio que hoy les traigo; solo cuando amen los Mensajes que Yo les he revelado a través de los tiempos, no solo aquí, sino también en otras Apariciones del mundo; les aseguro, Mis amados hijos, que conocerán el Amor de María, un Amor incansable, un Amor paciente y renovador, un Amor de Madre que acepta, que no juzga, que acoge, que cura, que sana, que comprende y que acompaña. Ese es el Amor que espero de cada uno de Mis hijos, especialmente de las madres de la Tierra que sufren en estos tiempos el calvario de sus hijos, la incomprensión de los corazones, la pérdida de las almas en todo lo que hoy les ofrece este mundo.

Pero Yo invito a todas las madres de la Tierra a unirse a Mi Espíritu maternal, porque en este momento y en este tiempo, Mis queridas madres, hay muchos hijos que acoger, hay muchos hijos que adoptar espiritualmente. A través del corazón de cada madre de la Tierra, Yo siempre lo transformaré todo y fortaleceré a los discípulos de Cristo, soy la Madre de la cruz de esta humanidad.

En este trece de agosto, Mi Corazón cierra un ciclo en este lugar, para comenzar un ciclo más amplio y profundo, espiritualmente en Europa; y aspiro a que esto también sea posible en Asia y Oceanía, que después de las Apariciones de Akita todos esos pueblos esperan Mi llegada y Mi retorno.

Me encaminaré en una tarea desafiante, sostenida por cada uno de Mis hijos por medio de la fidelidad en la oración del corazón y, aún más, en la fidelidad en la Sagrada Comunión con Mi Hijo.

Para que este ciclo sea bendecido, vengo a celebrar extraordinariamente la Eucaristía, en compañía de los ángeles de la transubstanciación de la Iglesia Celestial de Cristo.

Y, antes de pasar a ese momento, quiero agradecer a todos los que se mantienen firmes y fieles a la Obra de los Sagrados Corazones y a los que se animan, día a día, a ofrecer sus experiencias o hasta su propia purificación por el triunfo del Plan de Mi Hijo. Y también, quiero agradecer que el Reino de Aurora haya abierto las puertas a Mi llegada, para que la Madre de Dios, en esta nueva etapa, llegue con Su Mensaje a más lugares del mundo, a lugares más lejanos de la Tierra a donde con muy pocos llegaré, pero seré acompañada fielmente por cada uno de ustedes a distancia.

Después de este ocho de agosto, han ingresado en la escuela de la unidad interna, en donde no existe separación, límites ni fronteras; en donde solo existe la unidad y la omnipresencia entre los corazones.

Para terminar, después del ejercicio de la Comunión Espiritual que ahora celebraremos, quiero que el coral ofrezca a Mi Corazón maternal el Ave María de Gómez, como una súplica que deberá resonar en este universo y, principalmente, en todos los corazones.

Que este Mensaje resuene por mucho tiempo, hasta que cada una de las almas comprenda y entienda lo que Yo necesito para este Plan de Salvación.

Ofrezcamos a Mi Hijo este momento, que Él los unja con Su Luz espiritual y que el espíritu del apostolado y de la misión se fortalezca en todos los que se ofrecen para vivirlo fielmente. Y que este espíritu de apostolado y de misión se multiplique en los que deben autoconvocarse para esta sagrada tarea.

Celebremos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Señor Jesús, en Presencia de Tu Madre Celestial, Te pedimos que recibas este Sacramento, que aceptes esta oferta de cada corazón que cree en Ti y que vive por Ti.

Te pedimos, Jesús, que santifiques este Altar, pero que también santifiques nuestra vida, para que podamos ser el ejemplo que Tú esperas, en la humildad de la vida, en la simplicidad del corazón; junto a todos Tus ángeles de la transubstanciación, elevamos este sacrifico del Altar, no solo para recordar la Pasión que tu viviste por nosotros, sino también para dar honor y gloria a Tu legado, a Tu legado de Amor y Redención.

Nos despojamos, nos vaciamos y nos entregamos, Señor, a los pies de Tu Iglesia Celestial, para que Tú, Rey del Universo, Señor de los Señores, Maestro entre los Maestros, seas quien celebre este momento junto con nosotros, por medio de la fuerza y el poder de Tu Corazón misericordioso. Amén.  

A pedido de Nuestra Señora, reconocemos nuestras faltas en el silencio del corazón y las reparamos por medio del don del perdón que brota del Corazón de Dios.

Y así, ofrecemos este momento por la sagrada tarea, por el Sagrado Propósito de Nuestra Señora para toda Europa y Asia, como también para África.

En la noche que Jesús iba a ser entregado, reunió a Sus apóstoles para ofrecerles el mayor testimonio de Su Amor, por medio del pan y del vino transubstanciados. Fue así, que Cristo tomó entre Sus Manos el pan y, elevándolo a Dios, lo ofreció en sacrificio y en entrega, pidiéndole al Padre Eterno que fuera transubstanciado en Su Cuerpo.

Enseguida, Jesús lo partió, y ofreciéndolo a Sus compañeros, Él les dijo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén. 

Adoramos y reconocemos el Sagrado Cuerpo de Cristo.

Antes de terminar la Cena, antes de partir hacia el Huerto Getsemaní, en donde confirmaría Su entrega delante del Padre Eterno, con la dulzura de Su Corazón y la compasión de Su mirada, Jesús tomó entre Sus Manos el Cáliz, lo elevó y lo ofreció al Padre para que fuera transubstanciado en Su Sangre.

Enseguida, Él lo pasó a Sus compañeros diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por Su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía hasta que Yo retorne al mundo”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén. 

Adoramos y reconocemos la preciosa Sangre de Cristo, junto a los ángeles de la transubstanciación.

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices los que se autoconvocan para servirse de este Sacramento, porque Cristo nos ha prometido la vida eterna.

Oración: Padre Nuestro. 

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra e ingrese en cada corazón.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, 
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme. 
Amén.

En este momento, hermanos, unidos a cada hermano del planeta que participa este sagrado encuentro con Nuestra Señora, ofrecemos y anunciamos la Comunión Espiritual.   

Oremos:

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente 
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, 
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
 presente en todos los sagrarios de la Tierra,
 en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias 
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

 

Hijos, todo ya ha sido consumado.

Ahora y siempre, les agradezco por responder a Mi llamado.

Los bendigo, bajo la Luz de Cristo, que los fortalece y los anima a seguir adelante, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y cerramos este encuentro, respondiendo al pedido de Nuestra Madre, escuchando el “Ave María”.

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 93.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Amén.
(tres veces)


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En Mi Corazón pesa la realidad del mundo, la situación de las naciones, la condición en la cual se encuentra la humanidad.

En Mi Corazón pesan las dificultades de todos los cristianos, los problemas graves de los más indigentes, la soledad de los moribundos.

En Mi Corazón pesa la situación de esta pandemia, que es la primera prueba crucial de la humanidad en este tiempo de transición planetaria.

En Mi Corazón pesa la adversidad, en la cual muchos están sumergidos, y de esa adversidad no consiguen salir.

En Mi Corazón pesan los que son indiferentes, los que omiten el Llamado de Dios y, sobre todo, los que una vez lo recibieron y hasta hoy lo rechazaron.

En Mi Corazón pesan muchas cosas, que hoy comparto con ustedes, que hoy les revelo a ustedes, no para que sientan Mi pesar, sino para que Me ayuden a transmutar estas situaciones del mundo.

Vengo en la búsqueda de aquellos que aún no creen en Mí y que no Me han dejado entrar en su corazón.

Vengo por aquellos que aún son tibios y no se deciden.

Vengo por aquellos que aún no han puesto sus pies en Mi Camino y no se han animado a encontrarme.

Lo que alivia el pesar de Mi Corazón es una buena obra, la consecuencia de los apóstoles de los últimos tiempos, la vida sacramental, la vivencia del Evangelio por medio de los ejemplos diarios de la vida, la práctica incesante de los Mandamientos, la fe de los cristianos y de los creyentes, la solidaridad de los que miran al que sufre y lo ayudan.

Los que alivian el pesar de Mi Corazón son también los que se consagran y no retroceden, los que se mantienen unidos a Mí a pesar de las circunstancias.

Los que alivian Mi Corazón son los que ya no dudan ni tampoco desconfían; los que cumplen, paso a paso, lo que Yo les pido.

Los que alivian Mi Corazón son los que se animan a vivir su purificación; los que no se encierran en sus propios problemas; los que no comprometen el Plan de Mi Padre; los que entienden, más allá de sí, la realidad.

Los que alivian Mi Corazón son los que sirven incansablemente; los que están disponibles a cualquier hora y en cualquier momento; los que entienden, más allá de sus ideas y sentires, la verdad.

Los que hacen sufrir Mi Corazón son los que promueven las guerras, los que instigan las crisis humanitarias, los que promueven el desplazamiento de los refugiados.

Los que hacen sufrir Mi Corazón son también los que son conscientes y no ayudan, los que no quieren penetrar en esa situación y realidad para poder resolverla.

Los que hacen sufrir Mi Corazón son los que gobiernan, los que dirigen las naciones y están fuera de la Ley, los que ya no viven la Palabra de Vida, los que profanan el Evangelio.

Los que hacen sufrir Mi Corazón son los que tienen todo y nada comparten, los que guardan con recelo sus riquezas, los que hacen de su vida una ilusión material, a los que no les importan los más pobres.   

Los que alegran Mi Corazón son los que persisten, los que no miran siempre para sí mismos, los que son fraternos y lo intentan todos los días, los que a pesar de sus errores siguen adelante y comienzan de cero.

Los que alegran Mi Corazón son los pacificadores, no solo de la palabra, sino también a través del ejemplo, los que trabajan sin demora por la paz.

Los que alegran Mi Corazón son los que se refugian en Mí, los que buscan en el Sagrario Mi Presencia, los que buscan en la Comunión la Sagrada Alianza con el Rey Universal.

Los que alegran Mi Corazón son los que adoran al Santísimo Sacramento y que, más allá de las formas, comprenden el mensaje inmaterial que emite la Sagrada Custodia.

Los que alegran Mi Corazón son los que están en contacto Conmigo; los que aspiran, día y noche, a vivir en Mí; los que buscan, más allá de sus batallas, Mi Presencia y Mi Corazón.

Los que alegran Mi Corazón son los que viven en Mi Fe, son los que buscan la caridad en cualquier lugar, son los que están abiertos a los cambios y no les temen a sus resistencias.

Los que hieren Mi Corazón son los omisos, los que saben que pueden hacerlo todo y no lo hacen, los que se justifican para no cambiar.

Los que hieren Mi Corazón son los que han recibido todos los tesoros del Cielo y los desperdiciaron, los que no tienen gratitud, los que se olvidan de la compasión.

Los que hieren y lastiman Mi Corazón son los soberbios, los que no invocan a la hermana humildad, los que pierden el tiempo en sus propios procesos.

Los que hieren Mi Corazón son los que se olvidan de Mi Mensaje y de Mi Palabra, los que no han tenido la reverencia suficiente por todo lo que han recibido del Cielo, los que aún no se dieron cuenta de la Gracia que los colma y los abunda.

Los que hieren Mi Corazón son los que reclaman todo el tiempo, los que aún no vieron pasar frente a sus ojos Mi Presencia, los que aún no descubrieron el Misterio.

Los que hieren Mi Corazón son los que entorpecen el Plan, los que cambian a cada momento Mis ideas y Mis Proyectos, los que se olvidan de la redención.

Pero Mi Corazón siente el gozo, en lo más profundo, por los que dan los pasos y no se demoran; por los que no tienen miedo a lo desconocido y pierden el control; por los que entregan a Mis Pies el poder que creen tener, para ser transformado.

Los que traen gozo a Mi Corazón son los bondadosos y misericordiosos; los que no solo hablan, sino también viven Mi Mensaje.

Los que traen gozo a Mi Corazón son los que comulgan de Mí y no se olvidan cuán importante es ese Sacramento.

Los que traen gozo a Mi Corazón son los que se alegran con Mi Buena Nueva, son los que esperan Mi Mensaje cada mes, son los que tienen sed de Mí.

Así, hoy están conociendo el misterio infinito de Mi Corazón, de un Corazón que aún siente y palpita por ustedes, de un Corazón que aún vive por este mundo y por esta humanidad, de un Corazón que se conmueve con el sufrimiento porque ya lo conoció en Su propia carne, en Su propio Cuerpo, de un Corazón que se ha divinizado por ustedes y que les entrega Su Misericordia para que se puedan redimir y para que puedan perdonar.

El misterio infinito de Mi Corazón los prepara para el Armagedón, para cruzar las puertas del Apocalipsis, para seguir adelante a pesar de lo que suceda.

Quiero que hoy mediten sobre todo lo que les he dicho y que, en sinceridad con ustedes mismos, reflexionen, porque ya no hablo para niños, sino para adultos, adultos en la evolución y en el compromiso.

La Obra de Mi Misericordia tiene que cumplirse a través de las almas consecuentes y responsables, a través de los que no temen decir sí.

Que todos los que verdaderamente claman y piden ayuda, hoy entren en Mi Corazón para que sean parte de esa alegría y de ese gozo que Me conmueve al poder presenciar y contemplar a los que siguen adelante, porque así ya no serán espinas en Mi Corona, sino rayos que Yo esparciré sobre el mundo para concederle la cura y la paz, para volver a traer el Reino de Dios a la Tierra.

Sean postulantes para alegrar Mi Corazón, porque así Yo podré sentir que están comprendiendo lo que viven Conmigo y la responsabilidad que esto tiene delante de Dios.

Yo seguiré caminando con pasos firmes, marcando en el suelo las Huellas de Luz para que Mis apóstoles las reconozcan, y sigan así el camino que el Maestro está trazando en el fin de estos tiempos, en este planeta y dentro de esta humanidad.

De esta forma, Yo los vuelvo a sacramentar y por medio de Mi Espíritu les doy la Paz, para que esta Maratón de la Divina Misericordia sea un paso más en el compromiso y en la vivencia de ese voto.

Yo les dejo Mi Mensaje como una tabla de salvación, como un impulso espiritual para dar un gran salto al vacío, al vacío de sí mismos, al vacío de Dios, en donde encontrarán la unidad interna con el Todo y, así, con el Origen.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


El guardián y celador del Plan Divino 
 

1. Es aquel que obedece con prontitud, antes de pensar en obedecer.

2. Es quien se adhiere a la Voluntad Divina y desde su plano trabaja para vivirla y manifestarla.

3. Es quien protege, de sí mismo, el Sagrado Misterio.

4. Es quien ama lo desconocido espontáneamente, aunque no lo conozca.

5. Es quien profesa y vive la humildad a través de la donación permanente.

6. Es quien trabaja todos los días para poder vivir la transparencia dentro de su grado de consagración para, algún día, vivir la Verdad.

7. Es quien aspira, ardientemente, a los mejores resultados espirituales en el semejante.

8. Es quien aprende a amar a través de los errores, para algún día poder amar sin condiciones.

9. Es quien no saltea las reglas y los códigos internos que se colocó a sí mismo.

10. Es quien asume vivir el dolor de la humanidad, pero trabaja todos los días para trascender la condición humana.

11. Es quien no teme equivocarse, pero teme no poder reparar el error, mas confía en la infinita Misericordia.

12. Es quien aspira a perder el control de sus decisiones, para algún día vivir las decisiones divinas.

13. Es quien reverencia la Instrucción y la hace parte de sí, aunque crea que no la necesita.

14. Es quien reconoce el Poder y la Gloria en un solo Dios, presente en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

15. Es quien no se olvida del otro.

16. Es quien aprende a ser compasivo consigo mismo, para aprender a ser compasivo con los demás.

17. Es quien ya no se justifica, sino que se coloca siempre disponible.

18. Es quien entiende, más allá de sí mismo, el Plan de Dios.

19. Es quien vive la Justicia, pero primero vive el Amor.

20. Es quien se solidariza con todos.

21. Es quien, más allá de todo, cumple su deber sin reclamos.

22. Es quien no retrocede, sino que siempre avanza.

23. Es quien promueve y gesta la hermandad.

24. Es quien erradica, dentro de sí, la indiferencia y la falta de colaboración.


¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Que la Resurrección de Jesús los ilumine y haga de sus consciencias corazones transformados y vidas transfiguradas por el Amor de Mi Hijo, a fin de que el planeta reciba la sagrada amnistía espiritual que necesita para poder redimirse.

Queridos hijos, ábranse mucho más para que los sagrados misterios de Cristo hoy puedan ser revelaciones para el despertar y la elevación de sus consciencias, porque si ustedes se transforman y resucitan en espíritu, volviéndose la misma Aspiración de Dios, el planeta también se transformará y toda la humanidad pasará a ser algo sagrado por medio de los principios y de los atributos que siempre vendrán del Padre.

Hoy, quisiera que Mis hijos comprendieran que todos son parte de una transición y que esta transición tendrá un fin, así como todo en la vida tiene un fin.

Por eso, hijos Míos, Yo los impulso y los llamo a abandonar la indiferencia y a atender a las necesidades, así como Mi Hijo atendió a cada una de las necesidades.

Bajo el espíritu de la caridad, los invito a tener un corazón misericordioso, un corazón que tenga la capacidad de responder siempre sí a todo lo que hay que atender y rescatar, porque así comenzarán los primeros pasos decisivos hacia el Amor crístico, hacia un Amor mayor capaz de perdonarlo todo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos y amados hijos:

Que, en esta Cuaresma redentora, sus corazones se sensibilicen ante la dura realidad planetaria para que, en un humilde acto de oración y de súplica, los que más sufren y nada tienen sean contemplados por aquellos que lo tienen todo y que, en muchas situaciones, lo desperdician.

Que, a través de sus oraciones conscientes, despierte en el mundo el espíritu crístico de la fraternidad humana, a fin de que cada ser humano perciba que el camino, para reconstruir a la humanidad, será recorrido juntos, como una única gran familia universal. 

Queridos hijos, les pido que el sentimiento de la caridad fraterna se profundice en cada una de sus vidas, así podrán reconocer la Faz de Mi Hijo a través de los que, en este tiempo, atraviesan el desierto de la consciencia y viven el encuentro con su propia realidad interior. 

Yo los llamo a sensibilizarse a fin de que la indiferencia no los gobierne y determine los próximos pasos de toda la humanidad, sino que mediante la fraternidad humana ustedes purifiquen sus ideas y principios en pro del beneficio del planeta. 

Les agradezco por responder a Mi llamado, 

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 88.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este tiempo de Armagedón, compañeros, Yo los llamo a cruzar con sus pies los océanos desconocidos para que los límites de la ignorancia sean superados, para que la voz de Mi Corazón resuene en cada uno de ustedes.

Al igual que el apóstol Pedro, pisen con sus pies los océanos desconocidos que hoy les presento, así descubrirán dentro de sí lo que verdaderamente son y lo que vinieron a cumplir en el nombre de Mi Padre.

Yo Soy el Pescador que llama a sus compañeros a altamar, a los profundos océanos del infinito, para que se sumerjan en la esencia de la vida, para que dentro de la Fuente de Luz encuentren la Verdad, aquella Verdad que le falta al mundo por su indiferencia e ignorancia, por la falta de búsqueda de la Verdad superior.

Yo Soy el Señor de los Océanos, los invito a caminar sobre las aguas y, en este tiempo de Armagedón, su fe será la que les permitirá cruzar los océanos tan extensos que hoy les presento.

Así ustedes también, con su oferta, elevarán la consciencia de la humanidad y ayudarán a retirarla de los grandes abismos de estos tiempos, en donde el sufrimiento y la desolación reinan en los corazones.

Yo los llamo a cruzar los océanos desconocidos del infinito, en confianza, encendiendo la llama de la fe en este momento planetario, porque la fe y la confianza les permitirá comprenderlo todo, aceptarlo todo y no sufrir más.

Yo los invito a cruzar los océanos desconocidos con coraje, con la valentía de un servidor de Cristo, con un alma en desapego y en abnegación al servicio de los demás, al encuentro de la gran necesidad planetaria.

Cuando pisen sobre los océanos con sus propios pies no duden, porque si dudan se hundirán. Y allí su fe estará debilitada, será una fe pobre por no creer. 

Si Yo los llamo a cruzar los océanos es porque pueden creer en Mí. Yo sigo siendo el Camino, la Verdad y la Vida. Soy el Camino para llegar a Dios. Soy la Verdad para encontrarla dentro de cada uno de ustedes. Soy la Vida que nunca morirá porque es una Vida Eterna, la Vida del Espíritu.

Ahora crucen los océanos sobre las aguas, sintiendo la firmeza de lo que les digo. ¿Saben cómo podrán cruzar estos océanos desconocidos e infinitos? No mirando hacia sus pies, hacia su imperfección ni hacia sus dudas, sino mirando hacia el horizonte en donde Yo Me encuentro, esperándolos como el Sol Eucarístico de la Adoración. Hacia allí deben mirar.

Sus ojos deben penetrar el misterio para poder cruzar los grandes océanos de la consciencia y traspasar los umbrales de la ignorancia y de la indiferencia para encontrar, más allá de ustedes mismos, Mi Espíritu de la Verdad.

Hoy, estoy sobre los océanos del mundo e invito a cada uno de ustedes a estarlo también, porque es en los grandes océanos en donde encontrarán su vacío interior y estarán libres de las expectativas del fin de estos tiempos, de todo lo que podría suceder.

Aunque el panorama mundial sea algo más que una crisis grave y dolorosa, como Mis apóstoles del fin de los tiempos, los llamo para cruzar los océanos desconocidos del infinito con sus propios pies, pisando fuerte sobre las aguas, sintiendo la elevación de la consciencia, saliendo de lo material y de lo terrenal, de lo superfluo y de lo mezquino; caminando sobre la base de la fe y de la confianza, de la dignidad espiritual y de la oración hasta que encuentren en el horizonte de los océanos a Mi Consciencia solar y cósmica abriéndoles Sus brazos para recibirlos y acogerlos en el Corazón.

Si las almas se animaran a atravesar los océanos que Yo les ofrezco, esos océanos desconocidos e infinitos, el mundo entero no estaría en esta situación.

Los océanos, que deben pisar con sus propios pies, los invitan a superar sus propios miedos, sus inseguridades y sus dudas.

Sé que pasarán por esos sentimientos y pensamientos, porque caminar sobre los océanos no solo significa tener un espíritu de determinación y de confianza, sino ir más allá de la fe, de lo que está más allá de la fe y de lo que viene desde lo eterno, desde lo inmutable, desde lo incondicional. 

Los océanos desconocidos de la Consciencia Crística se abren ante ustedes para que los puedan cruzar en este momento crítico de la humanidad, ya que será a través del camino de los océanos que podrán encontrar la paz y la serenidad emocional que necesitan en este momento, ante toda la situación planetaria.

Pero si en el transcurso de su caminata sobre los océanos llegaran a sentir dudas, incertidumbre o inseguridad, sepan que Yo estaré allí para ayudarlos. Yo los ayudaré a caminar sobre las aguas de la turbulencia propia de estos tiempos.

Confíen, más allá de lo que viven y de lo que saben. Confíen, porque Yo les extenderé Mi Mano, se tomarán fuerte y si llegaran a caer en los océanos que desconocen por ignorancia, Yo los elevaré y los llevaré Conmigo hasta el final del camino, en donde Mi Padre los necesita en este momento.

Si muchos más se dejaran conducir por Mí y guiar por Mí no vivirían este momento que hoy vive la humanidad.

Aunque estén en este planeta y dentro de esta escuela que el universo les ha dado para aprender a amar y a servir, Yo tengo tesoros preciosos para cada una de las almas, pero esos tesoros están atravesando los grandes océanos de la consciencia interior y espiritual.

Si su confianza estuviera fortalecida y no tibia, cruzarán con sus propios pies los océanos que Yo les ofrezco y no le temerán a lo que es desconocido, porque al final, en el horizonte, encontrarán el portal, un umbral que los llevará hacia algo más profundo que aún no conocen.

Es así que, cuando lleguen a ese momento, percibirán que estarán perdiendo el control y el poder que creen tener desde siempre. Por eso, les hablo de la confianza y de la fe en este momento planetario. 

No teman cruzar los océanos que desconocen, porque ellos nunca les harán daño.

Hoy véanse ante los océanos que Yo les ofrezco, a la orilla del mar, sobre la arena, escuchando Mi Mensaje, oyendo Mis Palabras, viendo Mi Presencia en el horizonte sideral.

Yo los llamo a cruzar los océanos con sus propios pies, sin temer a poder fallar. Atrás quedará su historia y su pasado, el viento de los océanos de Mi Consciencia Crística los impulsará para llegar a la meta que hoy les propongo, que es una meta interna.

Si cruzan los océanos con sus propios pies podrán tomar consciencia de los talentos que les deposité en sus corazones, en sus almas y espíritus.

Este es el tiempo de lanzarse hacia lo desconocido, a lo que no pueden controlar ni dirigir con el poder, sino a lo que pueden vivir en el despojamiento y en vacío, en la humildad y en la entrega.

Aún muchos se encuentran en la orilla del mar, descalzos sobre la arena, pensando si cruzarán o no los océanos que Yo les ofrezco hacia lo desconocido e infinito; pero ellos Me ven, muchos Me ven en el horizonte de los océanos. Escuchan el ruido de las aguas, ven el movimiento de las olas, sienten la brisa del viento en sus rostros, pero aún no dieron el último paso. Porque no habrá una barca que los lleve, su propia barca será la confianza y la fe que los sostendrá en este momento y en este tiempo.

Y cuando crucen los océanos con sus propios pies y pisen sobre las aguas, si confían, sabrán quiénes son y de dónde han venido, qué fue lo que vivieron y hace cuánto tiempo que están aquí, esperando este gran momento del reencuentro con su Señor; el Señor de los Océanos, el Señor del Camino, de la Verdad y de la Vida.

Mientras tanto, Yo rezo por ustedes y por el mundo para que el océano de la ignorancia ya no los abarque ni los haga naufragar; para que el océano de la indiferencia no los arrastre hacia lugares desconocidos, sin un puerto seguro, sin una tierra firme.

Rezo por el mundo y por ustedes, para que los pueda inundar el Océano de Mi Amor y de Mi Misericordia; y para que algún día, libres de sus prisiones internas y externas, corporales y espirituales, pueda renacer el verdadero ser que una vez surgió de la Fuente, de los sagrados Lagos de Luz del universo, para cumplir con la Divina Voluntad.

Los océanos preparan el Retorno de Cristo. 

Este es el tiempo de superar sus propios miedos. Es el tiempo de no temerle a lo desconocido.

Es el momento de perder el control y el poder, que creen tener, por medio del vacío y del despojamiento.

Yo los llamo a pisar con sus pies sobre las aguas, en donde la duda, la inseguridad o la falta de fe no pueden hacerlos fallar.

Yo estoy allí para ayudarlos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Mis pies señalan el sendero del último tiempo para seguir.

Como Madre, intento conducirlos hacia Cristo, para que su aspiración a mantenerse en el camino de la redención siga siendo permanente.

A los lados de la senda que Yo les señalo encontrarán la actual realidad del mundo, grandes y profundas necesidades que precisan ser atendidas a través de la luz del verbo de la oración.

De esa forma, queridos hijos, estarán atrayendo del Cielo lo que la humanidad necesita y no lo que desea.

Este es el tiempo de atravesar la desolación mundial, el ciclo en el que nada parecería tener sentido ni salida.

Este es el tiempo de que, al igual que Mi Hijo, ustedes ayuden a cargar la pesada cruz de la indiferencia y de la injusticia de la humanidad.

Todo esto solo podrá ser resuelto con la oración del corazón, una oración que, en este momento agudo, les traerá la Paz del Reino de los Cielos.

Por eso, hijos Míos, no pierdan la fuerza de orar. Así su fe no será débil y su confianza en el Padre los llevará a comprender estos tiempos definitivos.

Que la oración los haga portadores de los Dones del Cielo.

Que sus virtudes los ayuden a trascender y a purificar sus vidas, para que sus almas estén a las puertas del Reino de los Cielos, a la espera del gran momento del Retorno de Cristo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Como ustedes ya saben, Mi tiempo algún día no tan lejano, terminará con ustedes. 

Les pido que sigan rezando incansablemente el Santo Rosario, porque mientras no rezan, hay algunas almas que se lanzan a vivir decisiones precipitadas y no miden las consecuencias ni los resultados.

Es la propia agonía de esas almas lo que las lleva a alejarse del camino de Mi Hijo.

Recen para que ninguna otra alma se vea tentada a llevar adelante una decisión que le pesará el resto de su vida.

Hijos, ustedes ya sabían que el tiempo de la definición es ahora. Están con Mi Hijo o no están con Él. El Señor del Universo y del Amor necesita almas verdaderas y dispuestas a seguirlo. Hoy no es suficiente una emoción para pensar que solo con eso llevarán adelante el Plan de Salvación de Mi Hijo.

Vivan el acto de la consagración diaria. Si eso fuera prioridad para sus corazones, las almas precipitadas nunca hubieran decidido alejarse de Cristo.

La razón de tantas pruebas y desiertos es porque las almas no viven diariamente su consagración, no la colocan en su corazón y menos en su consciencia. Cuando llega la prueba están exhaustas y no tienen fuerzas para salir de ese momento.

Las almas no sienten verdadera sed de Jesús. Así, puertas inciertas se abren y las almas ingresan en sus propias miserias en vez de trascenderlas.

El camino hacia Mi Hijo es para los valientes, para los que no temen ser nada.

Mi amado Hijo está en silencio. Su Voz, en este momento, no podrá emitir ningún mensaje. Él tiene que observar cómo las almas responden a todo lo que les fue dado. Es un momento de justicia, pero también de neutralidad.

Recen para que nadie más caiga en tentación. Llegó el tiempo final. Este es el ciclo de la confirmación o de la indiferencia, es el tiempo de comprobar su amor a Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

El amor está en una ardua batalla contra la indiferencia. Mientras que solo algunos corazones se sensibilizan, la mayoría se vuelve indiferente y la ignorancia los abraza.

El amor intenta rescatar a la consciencia de los que omiten la verdad, para así, llevarlos al despertar de la consciencia. Por otro lado, la indiferencia es como un veneno imperceptible que permea la mente humana y la aparta de la realidad.

Es una lucha sin fin, pero todo dependerá del estado de consciencia en el que el ser humano decidirá permanecer.

En esta batalla sutil todo está permitido, y aún más los corazones tendrán que hacer un esfuerzo interior para sensibilizarse y no quedar atrapados por la indiferencia que ciega a la consciencia humana.

Esta lucha definirá el próximo ciclo, si la humanidad evolucionará o se estancará. Ya todas las herramientas y advertencias fueron dadas.

Muchos pensaron que la Gracia Divina seguiría alimentando a las personas sin que ellas hicieran el más mínimo esfuerzo. Pero el tiempo y la respuesta es ahora. Así se volverá a cumplir lo que dijo Mi Hijo una vez: “por sus frutos los conocerán”.

Permitan que la arrogancia, la soberbia y la falta de humildad sean disueltas en sus consciencias para que, cuando llegue el gran día, nada los sorprenda.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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