Yo Soy la Señora del Castísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo y sobre Mi pecho llevo una réplica sagrada de Cristo.
Soy la Señora del Castísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo y por medio de ese sagrado terafín, su Madre Celeste convierte al mundo y a las almas perdidas.
Soy la Señora del Castísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo y a través de ese sagrado símbolo crístico, Yo impulso a las almas a la renovación de su fe y de su consagración al Maestro y Redentor.
Soy la Señora del Castísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo y le traigo al mundo la revelación del Amor reparador y consolador del Señor, cuando las almas tan solo se postran ante el Santísimo Sacramento.
Soy la Señora del Castísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo y por medio de ese sagrado poder redentor, su Madre Celeste puede interceder por los que más han caído y puede conceder Gracias a los que no las merecerían.
Soy la Señora del Castísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo y le traigo a la humanidad el aviso de que aún está a tiempo de rendirse ante el Señor para que Su Gracia y Su Misericordia rediman a las almas y a las naciones de este planeta.
Soy la Señora del Castísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo y les dejo a los corazones el testimonio del Mayor Amor, el que superó la muerte y toda perdición, el Amor de Mi Hijo que sufrió y padeció por los corazones perdidos.
Lleven en sus corazones el símbolo del Castísimo Cuerpo Eucarístico de Cristo y todo se redimirá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz