Jueves, 19 de marzo de 2015

Mensajes mensuales
MENSAJE MENSUAL DEL CASTÍSIMO CORAZÓN DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Son tiempos de cambiar definitivamente, de comenzar a vivir las instrucciones dejadas por los Mensajeros de Dios. Son tiempos de ingresar en la esencia de este gran tesoro que entregamos a la humanidad. Tiempos de meditar todos los días profundamente qué significa todo lo que realmente están viviendo en los días actuales.

Mientras el holocausto se expande en el mundo, también la Gracia deberá expandirse y esto ocurrirá por medio de los corazones que se decidan definitivamente a no ser los mismos de ayer.

Ya no son tiempos de estar en el mundo solo para experimentar todo lo mundano y pasajero que él les puede ofrecer. Quiero que sepan que hay un motivo mayor por el cual llegaron a este planeta. Aquí Mis queridos, se gestó el principio más puro de Dios. Escondido en lo profundo de los seres humanos está la posibilidad más pura de vivir el amor, pero la mayoría de los hombres cae en las distracciones e ilusiones que este mundo también ofrece intensamente.

Tan impregnadas están las consciencias de todo lo superfluo y pasajero, que la mayoría tiende a vivir ese tipo de experiencias y se olvidan o hasta desconocen la verdadera grandeza de este mundo.

Así como ven en el planeta grandes desastres, ciudades perdidas en la violencia, en la desesperación, en la pobreza, en la falta de amor, también encuentran lugares donde la naturaleza expresa tan gran belleza que parece que hasta el mismo Dios se muestra a los corazones de los seres humanos. Igual sucede dentro de cada uno de ustedes.

Dejen de ver la oscuridad que habita en ustedes y busquen definitivamente ese espacio escondido y, a veces muy lejano del conocimiento que expresa la verdadera belleza, la pureza, como un espejo de Dios en el corazón humano.

No es imposible hacerlo, pero deberán emprender un largo viaje, que será más lento o más rápido dependiendo de la voluntad de los caminantes.

Para recorrer este camino no pueden llevar nada. Deben ir descalzos y caminando, lo que simbolizará para todos el esfuerzo que deberán realizar. Sentirán cansancio y fatiga, necesidad de parar, de sentarse y de desistir de llegar a la meta.

Piensen en la grandiosa gracia de estar ante la Consciencia de Dios, recuerden que cuando lleguen, beberán un agua pura y cristalina y, por más cansados que estén de cruzar las ciudades contaminadas y violentas que existen dentro de ustedes mismos, nunca paren.

Si la falta de amor los tocara, amen en seguida. Si les faltara caridad en algún momento, al percibirlo, discúlpense, sean humildes y en seguida sirvan de corazón. Esfuércense para no ser más los mismos y no teman parecer locos a los ojos de los que los ven reaccionar, disculparse y reparar la acción inmediatamente.

Solo afirmen para ustedes mismos, cada día, que romperán las cadenas que los atan al viejo hombre y que saldrán de la esclavitud en la cual se colocaron, para entonces vivir la libertad de amar, servir, orar y equilibrar la falta de Paz en el mundo.

Que estos atributos ya no sean utopía sino una realidad. Solo así podrán pasar por vuestra transición interior con alegría y después vivir la transición del mundo, no con los ojos de quien ve la destrucción y la injusticia, sino con el corazón de quien conoce la grandiosa gracia que lo espera al final de este largo camino.

Yo los amo y los bendigo siempre.

San José Castísimo