Mis queridos hijos:
Que esta noche y el día de mañana, a través de las 1.000 Ave Marías, sean dedicados a un estado interno de vigilia y de oración, para que las almas de Brasil y sobre todo sus Ángeles de la Guarda guíen a las consciencias a través del camino del discernimiento y de la Sabiduría Divina.
Mientras tanto, hijos Míos, su Madre Celeste junto con el Cristo Redentor estarán acompañando el día de mañana, implorándole a Dios, a través de las oraciones de todos los Ángeles del Cielo, que el Ángel del Brasil y todo su pueblo estén amparados, siguiendo el camino de la fe, de la esperanza y de la justicia.
Por eso, queridos hijos, el día dedicado a las 1.000 Ave Marías será culminante para Brasil.
A pesar de lo que suceda, hijos Míos, no se olviden de que Yo siempre seré su Madre, la Señora del Brasil y Guardiana de los corazones.
Mantengamos encendida la llama de la fe.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz