Miércoles, 11 de octubre de 2017

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LOS COCOS, PUNILLA, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy, vengo al mundo por los seres humanos de superficie que padecen el genocidio, la aniquilación y el exilio.

Vengo, en este ciclo, a rezar e interceder con toda la fuerza de Mi Corazón por todos los que, en estos tiempos modernistas, sufren las consecuencias de otros seres humanos.

Si en estos tiempos y en este ciclo se está dando en el mundo este tipo de masacres, así como la que vive diariamente el Reino Animal, la deuda de la humanidad y de las naciones que promueven ese tipo de acciones crecerá desproporcionadamente y esa deuda se tornará impagable. Es decir, que nadie podrá hacerse cargo de esta situación.

Si entre hermanos suceden esos acontecimientos en estos tiempos, significa que la humanidad ha retrocedido en el espacio-tiempo y ha generado un estado de involución espiritual, nunca antes visto.

Lo mismo sucede con el Reino Animal que, desde tiempos remotos, es el principal objeto mundial de masacres nunca antes vistas y de las formas menos pensadas. Esa es la razón por la cual la humanidad paga el precio de sus actos con su propia sangre, aumentando la acción de la Justicia Universal en este dolorido planeta azul.

Por otra parte, este mundo continúa en este Sistema Solar por una Gracia inexplicable que nunca podría ser comprendida y que permite que esta raza sobreviva a sí misma.

La presencia de ciertas almas destacadas en esta humanidad, en este tiempo, permite crear un vórtice planetario que sustenta, alivia y trasmuta la realidad planetaria, al punto de disolver situaciones espirituales y físicas irreversibles.

Pero, cuando llegue el día del Juicio Universal, este vórtice de Luz, que es sostenido por diversas almas en el mundo, se desactivará y la humanidad se tornará despierta y consciente de sus más graves errores.

En ese momento, deberemos rezar, porque esas almas que están presentes en esta época del planeta realizarán su gran y última tarea por la humanidad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz