Viernes, 14 de abril de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo, coloca sobre tus espaldas tus propios pecados y asume el peso de tu cruz. Ofrécete también, en oración, para equilibrar las deudas de aquellos que no reparan sus propias faltas y que no alivian el Corazón de Dios, sino que, por el contrario, lo ultrajan y lo ofenden a diario.

Coloca sobre tus espaldas la cruz de tus pecados, asumiendo tu crecimiento y esforzándote para dar tus pasos y para no ser un peso sobre las espaldas de tu Maestro.

Ya no vivas solo de los méritos generados en la Pasión, porque llegó la hora de renovar esa Pasión y de generar nuevos méritos para los que no comprendieron y no aceptaron el sacrificio de Cristo.

Bastará que asumas con consciencia tus propios pecados, que los transformes y sublimes con la potencia del Amor de Dios en tu corazón.

Bastará que renuncies a toda la gloria de este mundo, para cargar tu cruz y padecer el martirio de la consciencia, hoy tan acostumbrada a las comodidades y a los pocos esfuerzos por el Plan de Dios.

Bastará, hijo, que le digas “sí” a Dios y cargues tu propia cruz, renunciando a seguir envuelto en los pecados y estímulos de las fuerzas capitales de este mundo.

Hoy, bastará que cumplas con tu parte, comprendiendo que Cristo no vendrá al mundo para cargar una nueva cruz. Será Él, Aquel que te levantará cuando caigas más de tres veces. Será Él, Aquel que secará tu rostro cuando el sudor y el cansancio del camino nublen tus ojos y te impidan caminar. Será Él, Aquel que enfrentará a las tinieblas para darte de beber del Agua de Vida cuando el desierto parezca haber ingresado en tu cuerpo y la sequedad se extienda más allá de tu boca, a todo tu interior, a tu alma y a tu espíritu.

Cuando te dispongas a cargar tu cruz con determinación y valentía, Cristo será Aquel que vendrá para ayudarte a llegar a la meta que Dios tiene para ti y, en el momento en el que le entregues todo, Él te dará todo.

Por eso, hijo, hoy no solo pidas cosas a Dios en nombre del sacrificio de Cristo, sino que ofrécete a ti mismo para renovar la Pascua y ser un nuevo Cordero que se entrega en nombre de Aquel que se entregó primero.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo