Viernes, 29 de marzo de 2024

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Permítete, hijo, entrar en el Corazón Agonizante de Jesús y, ahí, comprende no solo los misterios de Su más profundo sufrimiento, sino también y, sobre todo, la expansión de Su extremo y desconocido Amor por toda la vida y todo el género humano.

En oración, entra en el Corazón Agonizante de Jesús, para que puedas percibir lo que significa la unión entre Dios y Sus Criaturas, para que puedas experimentar ser sustentado por un vínculo divino-humano que le revela a tu ser el significado real de la semejanza con Dios.

En contemplación, entra en el Corazón Agonizante de Jesús y, en cada pulsar de este Corazón, siente el poder del Amor Divino y la capacidad de renovación que el Creador les concedió a Sus Criaturas.

Dentro del Corazón Agonizante de Jesús, permite que también tu pequeño corazón experimente la expansión y el significado del Amor, para que así sepas que las pruebas de la vida no son limitantes del potencial humano, sino son verdaderamente motores que conducen a las criaturas hacia la evolución.

Aprende a estar en Dios bajo cualquier circunstancia y, en Él, comprenderás el propósito de la vida y de cada experiencia que vives en la Tierra, aprenderás a amar la vida en esencia y vivirás para abrir el camino, para que todas las criaturas experimenten y sean parte consciente del Amor de Dios.

Todo eso comienza con la oración, con la contemplación, con la entrega, cuando te permites ingresar sin miedo en el Corazón Agonizante de Jesús, y ahí descubrir los misterios profundos de Su Pasión y de Su Amor por la vida.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Viernes, 22 de marzo de 2024

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Con tus pies aún en el desierto, dando los últimos pasos de este camino cuaresmal, concéntrate, hijo, en el Corazón de Tu Padre y Creador, el Señor de la Vida y del Propósito Divino.

Los últimos pasos del camino cuaresmal no anuncian un tiempo de paz interior, sino de pruebas cada vez más profundas e intensas, humanas y espirituales, que colocarán en el altar de la fe la entrega de tu condición humana, de tus miedos más profundos, de tus miserias más arraigadas, de tus creencias más consolidadas en la consciencia de aquello que crees sobre ti y que te trajo hasta aquí, sustentando tu orgullo humano y tu ego espiritual.

Es hora de entregar todo.

En la agonía que antecede al calvario, tu corazón será probado en la entrega y en el vacío, y todo cuanto viviste en el desierto emergerá con intensidad, porque el desierto es una escuela, y la agonía es un momento de definición.

Coloca, entonces, tu ser como oferta en el Altar Celestial y permite que el Creador te conceda la Gracia de ir más allá de las limitaciones y creencias humanas, de la fuerza que sustenta al hombre, para que te dé a conocer el Poder que conduce a la vida.

Fortalece tu fe en la Voluntad Divina, sea cual fuera. Fortalece tu corazón en el vacío, para que sea colmado por el Poder de Dios.

Camina con el propósito de que tus acciones y tu vida sean un instrumento de transformación de la consciencia humana. Que cada uno de tus pasos sea dado por todo, ya no veas tu camino como algo individual.

No quieras controlar tu destino y hacer planes según tus posibilidades de soportar las pruebas de la vida o según la seguridad que el camino te puede ofrecer. Vive tu espiritualidad como ser humano, como parte de la humanidad y por la transformación humana.

Que el desierto amplíe tus horizontes, que las agonías definan a tu corazón, que la cruz transforme tu consciencia y, a partir de ti, a toda la humanidad.

Ofrécete para ser un instrumento.
              
Tienes Mi bendición para esto. 

Tu padre y amigo,     

San José Castísimo

Martes, 19 de marzo de 2024

APARICIÓN ANUAL DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La consagración de las almas es como un bálsamo para el Corazón de Dios, es como un rayo de sol en medio de una gran tempestad, es como una brisa suave en un lugar cerrado.

La consagración de las almas le genera alivio al Corazón del Padre. Las almas consagradas son como pétalos de rosas sobre las heridas de Dios que, con su amor y su aroma, van reparando cada pequeño espacio y aliviando el dolor del Padre.

Dios cultiva almas consagradas como un Jardinero Celestial y cuida con cuidado, con amor, a cada una de ellas. Las almas que se consagran son para Dios una esperanza de que Su Proyecto Humano y Divino, poco a poco, se va concretando, de adentro hacia afuera, en sus pequeñas almas.

Cuando Dios contempla el mundo y observa cada ultraje vivido en la humanidad, cada transgresión que el corazón humano le causa, tanto al prójimo como a sí mismo; el Creador busca entonces a las almas consagradas para encontrar en ellas el equilibrio, la razón para interceder por el mundo y concederles una nueva oportunidad a Sus hijos. Por eso, hijos, nunca dejen de vivir con verdad y sinceridad la consagración de sus almas.

Hoy, Mi Casto Corazón viene a interceder con ustedes por el mundo, para rogar ante el Padre por las almas que sufren y necesitan de auxílio; por las almas que claman y no son escuchadas; por las que padecen, pero que no son encontradas, para que su sufrimiento sea aliviado.

Hoy, vengo por las almas de las guerras para que encuentren la paz aun en el profundo caos, para que no pierdan la esperanza de reencontrar a Dios, para que no dejen de creer en el corazón humano y para que no piensen, hijos, que los seres humanos son hechos de maldad y de rencor.

Hoy, vengo como su Padre, como Padre de las almas, para que, junto a cada uno de Mis hijos, podamos orar por el planeta. Escuchen el grito de la Tierra, un grito silencioso que, para ser escuchado, los corazones necesitan estar en oración, necesitan ir más allá de sí mismos, de sus necesidades y pruebas, de sus dificultades y desafíos, para clamar por algo superior a sí mismos, que es el Propósito Divino para este mundo.

Esta Cuaresma, hijos, marca para ustedes y para toda la humanidad el inicio de un nuevo ciclo, que no será como los ciclos anteriores; marca el inicio de una gran prueba, en la que sus pies tocarán por primera vez el calvario de estos tiempos.

Por eso, Nuestro Señor viene al encuentro de las almas todos los días, para acompañar paso a paso su trayectoria por esta Cuaresma. Escuchen Sus Palabras y no dejen que ellas pasen, porque entre cada una de ellas habita un impulso celestial, que emergerá de sus corazones en cada paso del calvario.

Así como vivieron 40 días en la Cuaresma, vivirán 40 ciclos de este calvario, 40 pruebas y, para cada una de ellas, el Señor les entregó una llave que los ayudará a trascenderlas sin dejar este camino, sin desistir ante las dificultades, las caídas, las miserias y la condición humana que emergerá con intensidad desde adentro de ustedes para ser transmutada.

Cada vez que se vean ante una dificultad que no puedan superar, tomen los impulsos cuaresmales y en ellos encontrarán una llave para ir más allá.

Cuando esta Cuaresma termine y el desierto llegue a su fin, los ciclos de la Tierra exigirán de ustedes corazones maduros. Por eso, la consagración los ayudará y los protegerá de ustedes mismos, siempre y cuando sean guardianes de los votos que hicieron, de los pilares que se dispusieron a vivir, de los principios que se abrieron a descubrir.

Es por eso, hijos, que los Mensajeros Divinos les conceden consagraciones a todas las almas para que, según su escuela, según su ciclo evolutivo, según el impulso de sus corazones, puedan encontrar aquella consagración que les sea verdadera y, a través de ella, estarán protegidos.

Hoy, vengo como su Padre y Amigo, en medio de este desierto, así como un día también estuve en espíritu con Jesús.

Cuando el Señor pasaba los 40 días en el desierto, el Creador Me permitió que lo visitara en espíritu para que, como Su padre y amigo, le ofreciera un hombro en donde Él pudiera reposar en medio de todas las tentaciones y le ofreciera agua de la Fuente Divina para que Él pudiera beber y renovar Su oferta.

Junto con los ángeles y arcángeles, Me aproximé al Señor con humildad y Su Corazón Humano y Divino se conmovió al encontrarme.

Así como un hijo encuentra a su padre para encontrar alivio en su abrazo, así fui al encuentro de Jesús, para que Yo pudiera aprender de la condición humana y divina, y para que Cristo también pudiera descubrir la potencia de la paternidad, del amor que existe entre las familias. Y fue así, hijos, que en ese día todas las familias fueron reparadas y el amor de los padres por sus hijos y de los hijos por sus padres fue renovado, a través del Corazón de Cristo, en toda la humanidad.

Hoy, vengo a su encuentro con esta misma esperanza de ofrecerles un hombro y un abrazo, de renovar su esfuerzo y su consagración para que reencuentren el propósito de servir y de donarse para que reencuentren el propósito de vivir sus votos, los pilares y los principios que se dispusieron a vivir; y que así, estén preparados y fortalecidos para comenzar a cruzar los portales que los llevan al calvario, los portales de la entrega, de la rendición y de la renuncia, los portales del vacío, de la trascendencia y del amor extremo que transforma todas las cosas.

Hoy, a pedido del Padre, traigo al mundo los principios que fundaron la Orden Gracia Misericordia, que es una Orden que aún no fue comprendida por sus consagrados ni por el mundo.

La Orden Gracia Misericordia, hijos, nació de lo profundo de la Voluntad Divina; una Orden pedida por el Creador que no forma parte de ninguna religión instituida, para que de esa forma pueda interceder por todas las creencias y todas las razas, para que pueda interceder por todas las almas, independientemente de sus diferencias.

La Orden Gracia Misericordia nació como una Aspiración profunda de Dios para reparar la vida consagrada en el planeta, y este propósito solo podrá cumplirse si la consagración de sus almas fuera renovada todos los días.

Caminen hacia ese Propósito, encuentren esa Voluntad Divina, acojan en sus corazones esta misión para que, como monjes y monjas, como sacerdotes, padres y madres, como adoradores y auxiliadoras, todos los corazones reencuentren el Corazón de Dios y, en Él, Su Propósito para esta Orden.

Que esta sea una Orden intercesora, por todas las religiones y por todos los pueblos, por toda la vida sacerdotal del planeta, por lo sagrado que debe habitar en la Tierra.

Que cada adoración de los adoradores sea reparadora.

Que cada altar de las auxiliadoras sea sagrado.

Que cada oración de las almas consagradas sea verdadera.

Que cada pequeño esfuerzo por vivir sus votos, todos los días, sea sincero.

Que, en cada amanecer, exista la aspiración de trascenderse. Que, en cada instante, exista la aspiración de ir más allá. Que no coloquen limitaciones en sus vidas y en sus pasos. Que crean en la trascendencia de la condición humana. Que aspiren a la santidad, porque ser santos es cumplir la Voluntad Divina, es vivenciar el Propósito de Dios, y esta es una oferta que el Padre realiza para todos Sus Hijos: que aspiren a ser Cristos, a vivir en Cristo y como Él, para que así, hijos, se cumpla el Propósito para esta humanidad.

Que los Hijos de María y los Hijos de San José sean los brazos de la Orden Gracia Misericordia en el mundo, sean la luz que llega a todas las almas en las diferentes ciudades y países, en los lugares más olvidados. Que ellos sean un ejército de oración y de acciones reparadoras. Que, como la Sagrada Familia, puedan obrar en silencio, pero verdaderamente, para transformar la condición humana.

Para que vivan todas estas cosas, hoy Yo les traigo esta Gracia, la Gracia de renovar la consagración, la Gracia de reencontrar el Propósito Divino, la Gracia de encontrar el Abrazo Celestial que los renueva y los fortalece, para que encaren de frente el calvario de estos tiempos, con sus cabezas erguidas y sus corazones abiertos, con sus pasos firmes, sin embargo humildes, con sus corazones orantes y sus consciencias despiertas.

Que se levanten aquellos que se consagrarán como Hijos y Amigos de San José. Traigan aquí agua bendita e incienso.

A los sacerdotes y padres de esta Orden les concedo la Gracia de ser padres, como Yo soy, para que acojan a los corazones, para que consagren a las almas. Que en sus espíritus reine la humildad que les permitirá ser siempre instrumentos de la Mano Divina para bendecir y sacramentar, para traer a las almas el Propósito de Dios.

Por eso hoy, les doy la potestad de consagrar y acompañar a los Hijos y Amigos de San José, así como Yo mismo aspiro a consagrar y a acompañar a las almas. Que sus corazones siempre se oferten, antes de cada consagración, para ser instrumentos de Dios, para ser intercesores ante las almas, que recuerden la Gracia que Yo les entregué y que la hagan revivir dentro de ustedes para que la multipliquen ante las almas.

Con esta agua, los lavo de los pecados y de las transgresiones.

Con este incienso, los libero de las amarras y de las maldiciones para que sus almas sean renovadas.

Que no haya oscuridad que les impida consagrarse. Que no haya miseria que les impida recibir Misericordia. Que el camino esté abierto a la Gracia que desciende de Dios, que los consagra y los renueva en Mi Nombre y por Mi intercesión, como Hijos y Amigos de San José, para que lleven el Amor de la Sagrada Familia a todos los corazones, para que sean ejemplos de transformación y de esfuerzo; porque no les pediré que sean perfectos, pero sí les pediré que venzan las inercias de cada día y que se esfuercen para ir más allá. Mi Gracia siempre los renovará.

Hoy, hijos, la vida consagrada fue renovada en todas las religiones, en todas las creencias, en todas las almas que se ofertaron a Dios con sinceridad. Hoy, el Corazón de Dios fue aliviado, y solo les pido que sean guardianes de este tesoro que recibieron, que sean dignos Hijos de Dios, dignos Hijos y Amigos de Mi Casto Corazón.

Yo los bendigo y los consagro, por la potestad que el Creador Me entregó de interceder por las almas y por las causas imposibles; porque nada es imposible a los Ojos de Dios, pero es necesario esforzarse para encontrar el Propósito Divino.

Yo los bendigo y los consagro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en paz y continúen reparando el Corazón de Dios.

Tienen Mi bendición para esto.


Hermana Lucía de Jesús:
A pedido de San José, vamos a cantar todos juntos “Gratitud, San José”

Viernes, 15 de marzo de 2024

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A algunos días de terminar tu camino cuaresmal, hijo, fortalece aún más tu corazón, rehace tus ofertas, renueva tu compromiso, revisa ante Dios lo que aún no entregaste, suelta las riendas que aún están en tus manos, deja los tesoros que aún abrazas como preciosos para ti y sumérgete aún más en el vacío.

Con los pies descalzos y las manos vacías, camina despojándote del pasado y del futuro, perdonando lo que pasó y ofreciendo lo que vendrá. A cada paso, abraza el momento presente y permite que las Gracias Divinas desciendan sobre tu consciencia para colmar los espacios vacíos.

Da lugar al Espíritu de Dios, para que Él sea el que te conduzca en tus últimos días del desierto y Él sea el que te guíe después de cruzar las tierras áridas de la soledad interior.

Que cada día, el Creador encuentre en ti un corazón dispuesto a estar en Él y a vivir por Él cada instante de la vida en este mundo.

No te canses de caminar y no temas lo que vendrá al salir del desierto, pues para eso estás preparando tu corazón. Y, si te transformas en un instrumento, cada vez más vacío y transparente, siempre le darás espacio al Padre para que esté en ti; y es Él, hijo, Quien vivirá cada etapa de la transformación humana dentro de tu corazón.

Por eso, concentra tu energía, tu consciencia y tu voluntad en ser un instrumento vacío en las Manos de Dios. Todo lo demás, Él lo hará en ti y a través de ti.

Tienes Mi bendición para esto. 

Tu padre y amigo,     

San José Castísimo

Viernes, 8 de marzo de 2024

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Las almas llegan al mundo para servir, para crecer en espíritu, para vivir la transformación, para  multiplicar el Amor de Dios y aprender sobre este Amor.

Las almas llegan al mundo para experimentar el don de la vida, para comprender el por qué de la manifestación de la vida divina entre las dimensiones.

Las consciencias transitan por la vida sobre la Tierra, viviendo aprendizajes, cayendo y levantándose, viviendo Gracias y conflictos, miserias y misericordias.

Las almas pasan por el mundo, muchas veces confundidas, sin conocer el propósito de su existencia, pero en el final de la vida ese propósito les es revelado.

Las almas pueden vivir en la ignorancia, pero no dejan la vida en la ignorancia.

El Creador no permite que los ojos de Sus Hijos  permanezcan cerrados. Cuando su vida llega al fin, todo les es revelado. Es en esa hora que el corazón recibe la oportunidad de arrepentirse de sus pecados, de vivenciar el arrepentimiento verdadero que no comprendió durante toda su vida. Es en ese momento que las almas comprenden lo que es la gratitud, porque entienden por qué estuvieron en el mundo, para qué fueron enviadas a la Tierra.

Sin embargo, hijos, muchos piensan que es demasiado tarde, demasiado tarde para arrepentirse y hacerlo diferente, demasiado tarde para confesar sus pecados y recibir Misericordia, demasiado tarde para entregarse, porque tienen solamente un último suspiro para ofrecerle a Dios.

Pero Yo les digo que nunca será tarde para un arrepentimiento verdadero, nunca será tarde para una gratitud sincera, nunca será tarde para un pedido de Misericordia que surge de las entrañas, de lo  más profundo de la consciencia, de su llamada esencia.

Las almas que se llaman moribundas, que están en los últimos ciclos de su existencia, que dependen de los demás, que perdieron su autonomía y todo cuanto la humanidad cree que es lo más precioso en esta vida, la independencia, la falsa libertad, el falso poder, el amor propio, el orgullo; todo eso se desvanece cuando el cuerpo se encuentra frágil y la consciencia despierta.

Sin embargo, hijos, es entonces cuando las almas aprenden el significado de la entrega y les conceden a otros la oportunidad de aprender a servir, de reflexionar sobre la fragilidad de la vida, de reflexionar sobre el sufrimiento, la soledad, el vacío y la verdadera fe.

Las almas, en el final  de sus vidas, prestan un gran servicio y también viven un gran aprendizaje. Por eso, reverencien este momento y no quieran terminarlo en el tiempo de los hombres; dejen que él suceda en el Tiempo de Dios. Todo tiene una razón y un motivo; todo tiene un propósito, un aprendizaje y una experiencia que los hace crecer.

Reverencien la vida hasta el último instante. Reverencien la Gracia de vivir; porque ya llegará el tiempo, el último suspiro, el último segundo, en el que podrán comprender todas las cosas. Hasta ese momento, solo confíen, ámense unos a otros, sírvanse mutuamente, aprendan de la paciencia, de la persistencia, de la entrega, de la humildad.

Los dones divinos no tienen una edad para crecer dentro del corazón. No existe un límite para la expansión de la consciencia, puede ocurrir en todas las situaciones de la vida. Por eso, no limiten, ustedes mismos, esa experiencia en la Tierra.

Que su camino sea siempre impregnado por la oración, por la paciencia y por el amor.

Que sus almas no se cansen de servir o de vivir, no importa si comprenden o no esta vida.

Ya llegará el tiempo, el último suspiro y el último segundo, en el que podrán comprenderla.

Hasta entonces, caminen incansablemente para multiplicar el Amor de Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Viernes, 1 de marzo de 2024

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El camino cuaresmal, hijos, es un camino de transformación, en el que la consciencia es invitada a transitar por el desierto en su interior, donde encontrará solo la soledad consigo misma.

En el desierto interior, serán probados por sus propios aspectos y por los aspectos del enemigo que, con su astucia, buscará confundirlos para que pierdan la fe y la firme decisión de entregar sus vidas.

Las grandes llaves para transitar ese desierto interno son el silencio, la humildad, la paciencia y sobre todo, hijos, la capacidad de ser transparentes con ustedes mismos, la capacidad de mirar de frente los propios abismos internos y aún así confiar en la Mano que los guía y que los llama a ir más allá de la condición humana.

El camino cuaresmal, es un camino desafiante, en el que las almas son purificadas y la fe a veces es debilitada para que sea fortalecida por el contacto directo con el Creador. En el camino cuaresmal, el adversario les muestra y les presenta las tentaciones del mundo y sus aparentes conquistas para hacerlos sentir que valen más los triunfos en la vida material y ser una persona de "bien", que caminar pleno de miserias en un camino de eterna batalla y sufrimiento.

Sus aspectos humanos y sus miserias en purificación los harán sentir que no son dignos de vivir la Promesa Divina y que la Gracia de Dios no alcanza en sus vidas para que puedan seguir caminando. Pero hoy, Yo les digo: "Vayan más allá, sigan caminando por este árido desierto, dejando que cada pisada en el camino los despoje del mundo y los colme de Dios".

Sigan caminando sin querer ver los resultados, sino solo confiados en que la Obra del Altísimo se está realizando en sus vidas, más allá de lo que puedan ver, percibir o sentir. Conozcan el potencial de la fe que crece, aun en la oscuridad; porque el camino cuaresmal, hijos, es un camino de transformación.

El camino cuaresmal es un camino de fortaleza, pero no de ver la fortaleza consolidada, porque ella solo se revelará en la Cruz. La Cuaresma es el tiempo de construir en su interior esa fortaleza, que paradójicamente se construye cuando se permiten partirse en mil pedazos y ser reconstruidos por Dios.

La fortaleza cuaresmal no es la fortaleza humana, sino la Fortaleza Divina, que se revela a través de la fragilidad humana; porque solo cuando los aspectos humanos den lugar a los Aspectos Superiores de Dios, ustedes serán capaces de percibir el propósito de cada prueba y sufrimiento.

En el Amor extremo y trascendente de la Cruz se reveló la fortaleza de la fe cuaresmal, y en la potencia de la Resurrección de Cristo, después de haberse dejado morir con una muerte que lo hizo quebrarse en mil pedazos, expresados en Su Carne flagelada, en Su Sangre derramada y Su Alma despedazada; fue entonces que, al resurgir de lo que parecía imposible de recobrar vida, la fragilidad humana reveló la Fortaleza Divina. Esto es lo que se gesta en el camino cuaresmal.

Por eso, caminen y den cada paso con un corazón humilde y dispuesto.

Permitan que la transformación suceda, que la vasija se quiebre y que el Alfarero Divino lo reconstruya para revelarles, a través de Su vasija nueva, Su potencial creador.

Tienen Mi bendición para esto. 

Su padre y amigo,     

San José Castísimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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